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Los 171 kilómetros del UTMB la convierten en una de las carreras de larga distancia más duras del planeta. El circuito alrededor de la montaña más alta de Europa occidental presenta un desnivel total de más de 10.000 metros, condiciones meteorológicas volátiles, subidas casi verticales y descensos espantosos, mientras los corredores persiguen un tiempo límite de 46 horas y 30 minutos hasta llegar a Chamonix. Es una empresa formidable incluso para el más duro de los corredores de montaña.
Pero cuando se ha soportado una mínima parte del dolor que Nathaniel Dye, de 37 años, ha sufrido en su vida, parece, en comparación, algo elemental. A Dye, profesor británico de música, le diagnosticaron cáncer de intestino en estadio 4 en octubre del 2022, con sólo 36 años, después de haber perdido a su prometida a los 25 años. Hace cuatro años perdió trágicamente a su madre también por cáncer de intestino.
Dye, un ávido ultrarunner, afirma que correr le ha enseñado la importancia de la perseverancia, y que conserva una efervescencia contagiosa y la capacidad de encontrar la luz en la oscuridad y seguir adelante. "Puede que me esté muriendo, pero por ahora elijo vivir y mostrar al mundo con palabras y hechos que es posible vivir una vida plena después del diagnóstico", afirma. "Y quiero concienciar a la gente con la esperanza de que otros, a diferencia de mí, puedan detectar el cáncer lo bastante pronto como para tener un pronóstico esperanzador".
Dye ha completado varios ultramaratones a lo largo de los años, pero afirma que el UTMB de Chamonix es, sin duda, su reto más duro hasta la fecha. "Diría que la Brecon Beacons 100 es lo más duro que he hecho hasta ahora. Estamos hablando de algo menos de 35 horas, toda la noche, condiciones meteorológicas extremas, 7.000 metros de desnivel, es decir, aproximadamente dos tercios del UTMB en todos los aspectos. Pero tengo un cuerpo nuevo, que no me permite hacer tanto".
Desde que recibió el diagnóstico, Dye se ha sometido a varias sesiones de quimioterapia y a una intervención quirúrgica de urgencia para eliminar una obstrucción intestinal que le obligó a someterse a una colostomía. Durante este tiempo, su determinación se ha puesto a prueba de formas que nunca habría imaginado. Aun así, se centra en los aspectos positivos que le ofrece la vida.
"A principios de este año, pasé 10 días enteros con un dolor bastante intenso antes de la operación, así que creo que mi listón de sufrimiento es probablemente un poco más alto de lo que era. Y el hecho de que el UTMB sea un sufrimiento totalmente autoinfligido y voluntario hace que sea más fácil disfrutarlo. Suena bastante sombrío, pero puede que me ayude a superarlo".
Cuando se le preguntó por qué se había enfrentado a una de las carreras de montaña más duras del mundo, respondió: "Es bonito tener un sueño. Hubo un periodo en el que, como el tratamiento podía empezar en cualquier momento, dejé de hacer planes, porque para mí es lo peor decepcionar a la gente. Entonces decidí que esa no era forma de vivir. Ahora he empezado a pensar, bueno, ¿y si? ¿Y si me dan un par de años? Así que vale la pena imaginar cómo pasaré ese tiempo, pero también ser pragmático, porque puede que mi próximo Everest sea levantarme de la cama un día en el que me sienta realmente mal pero tengo que hacerlo".
El objetivo de Dye en el UTMB era cruzar la línea de meta en Chamonix antes de que le retirasen de la carrera, aunque así él intentaría seguir adelante de todos modos, si podía hacerlo sin ningún tipo peligro. Sin embargo, en el kilómetro 98 de la carrera, terminó su aventura. "Me cortaron el paso cuando llevaba poco más de 24 horas . Por razones relacionadas con la seguridad y el soporte, tuve que dar por terminada la carrera. Este es mi primer DNF pero fue un logró el cual me llevará un tiempo superar la sensación de fracaso y culpa por decepcionar a tanta gente. Quería escribir un cuento de hadas maravilloso, pero la dura realidad de correr con un cáncer incurable me ha golpeado muy fuerte".
Le diagnosticaron cáncer de intestino en octubre de 2022, pero ¿cuándo notó por primera vez que algo iba mal?
Sabía que algo iba mal justo antes de septiembre, quizás en marzo ya empecé a notar algo raro pero lo dejé como si nada. Unos seis meses antes me empezó a costar más salir a correr. Empecé a ser cada vez más lento a pesar de haber hecho todo lo correcto en los entrenamientos... Esa es la cuestión, uno cree que como ultrarunner es inmune, pero está absolutamente lejos de serlo.
Aparte de la fatiga, ¿qué otros síntomas sentía?
En primer lugar, consulté fuentes oficiales, pero un cambio persistente en el hábito intestinal fue lo que me llevó a pensar que me pasaba algo, y eso puede ser bastante difícil de juzgar. Yo era una persona vegetariana bastante dura, tomaba 10 de mis cinco comidas al día, así que iba al baño con bastante frecuencia. Pero estamos hablando de 10-12 veces al día y eso es una clara señal de advertencia, pero puede ir en la otra dirección. Pero si además si hay sangre, es un claro síntoma de que algo no funciona bien.
Si tienes pequeños surcos [en la caca], significa que hay una obstrucción, como ocurrió en mi caso. Parte de mi misión ahora -no me queda mucho tiempo necesariamente, espero que me queden unos años, pero quién sabe- es decirle a todo el mundo: si notas algo, hazte un chequeo, porque para mí fue demasiado tarde, pero puede que para ti no lo sea. Incluso si eres un corredor de ultramaratón en plena forma, esto podría pasarte a ti. Así que sé consciente y escucha a tu cuerpo si puedes.
¿Qué pasó a partir de ahí?
Cuando decidí ir por primera vez al médico de cabecera, la idea era que eras demasiado joven para tener cáncer de intestino, pero me dijo que tenía antecedentes familiares, que me hiciera un análisis de sangre y una muestra de heces, y a partir de ahí todo fue a más. Me hicieron una colonoscopia y el médico me dijo: "La cámara ha entrado, pero se habrá dado cuenta de que ha vuelto a salir". Y me dijo: "Entonces tuve que poner la cámara para bebés, y tampoco pasó". Así que había una obstrucción clara, así que finalmente se recurrió a un cirujano y a un oncólogo, y empezamos el tratamiento el pasado diciembre.
¿Cómo ha sido el tratamiento contra el cáncer desde que recibió el diagnóstico?
Bueno, en realidad acabábamos de empezar cuando tuve una obstrucción intestinal y me operaron de urgencia para extirpar el tumor primario. Pensaba que estaba estreñido, pero resultó que no. Aguanté el dolor durante unos cinco días, hasta el punto de que el quinto día ya no comía ni bebía. Pero tardé más o menos ese tiempo en decir: Necesito ir al hospital ahora, no puedo con esto. Me operaron de urgencia en 24 horas.
Me destriparon como a un pez y acabé con algo llamado estoma, que me ha resultado muy útil. Un estoma es un trozo de intestino que sale del borde del estómago... en mi caso es parte del intestino grueso, lo que se llama colostomía, y va a parar a una bolsa que recoge todo lo que sale y que se cambia dos o tres veces al día. Al principio pensé que sería horrible, no podía ni mirarlo cuando me cambiaban la bolsa... pero está bien. Y para cualquiera que desgraciadamente tenga que pasar por esto, probablemente sea mejor que lo que tenía antes'.
¿Cómo ha sido volver a correr tras la operación?
Empecé a entrenar poco a poco después de la operación y me puse en contacto con mi entrenador para preguntarle si estaba preparado para el UTMB. Y me dijo que sí, que fuera a por ello. Ha sido un aumento gradual hasta mediados de julio, estamos hablando de semanas de más de 110 km.
Ha sido interesante entrenar para esto -objetivamente soy un 20% más lento y no hay montañas para practicar donde vivo. Pero hace un mes, intenté hacer los Tres Picos de Yorkshire. Se me ocurrió hacer un pequeño anticipo la noche anterior y acabé tropezando y golpeándome la rodilla. No en un tramo técnico difícil, si no que es un camino de grava bastante sencillo. Así que la preparación no ha sido ideal, pero la rodilla ya está casi bien. Pude hacer algunas cosas, pero, por desgracia, cualquier flexión de la rodilla me dolió durante semanas, ¡y eso pasa mucho cuando subes y bajas montañas corriendo!
Unas semanas antes de la carrera, estuve una semana de reconocimiento en Chamonix, donde recorrí más de 130 km con 8.000 m de desnivel, ayudado por guías, así que hice 3/4 partes del recorrido o algo así. Me puse en contacto con Doug Mayer, fundador de Run The Alps, y ellos hicieron un llamamiento a todos sus guías y cuatro personas diferentes corrieron conmigo durante un día, lo que me pareció estupendo, ya que renunciaron a sus días libres en plena temporada alta.
¿Cómo te sentías, física y mentalmente, antes la carrera?
Me sentía muy bien físicamente. Es casi como si el cáncer supiera que me esperaba esta carrera y no me diera ningún problema. Pero lo que realmente me afectó, porque estoy bastante justo para los cortes -tengo ventanas de media hora en algunos de ellos- son las fugas de la bolsa. El verano es bastante malo porque, con el sudor, el adhesivo se despega. Así que he corrido una y otra vez sin tener ninguna fuga y luego, por ejemplo, cuando hacía mucho calor, he tenido tres en un par de horas. Y eso supone entre cinco y diez minutos más de paradas cada vez que tengo que cambiarlo. Obviamente no es agradable, y en la montaña tuve que cargar con los restos. UTMB ha sido bastante amable al respecto, me dieron un par de pases para que mi equipo pudiera ir con el coche a entregarme suministros y mudas de ropa.
¿Cuál fue tu estrategia para la carrera?
Cargar con los bastones y bajar bien con estas rodillas maltrechas. No me pude permitir el lujo de dormir debido a la hora límite. El punto intermedio de Courmayeur es famoso por la gente que se pasa allí una eternidad. Tienen masajes, estaciones para dormir y duchas. Cuando pisé aquél lugar fue entrar y salir.
Tengo unos geles energéticos con cafeína muy buenos. Estamos hablando de geles cada media hora, porque son los que puedo llevar. Y en los puestos de socorro franceses, había embutidos y un montón de pan y queso, y en los italianos, pasta y mucha fruta fresca, pero para el estoma, pero no es lo mejor, por lo que tomé alimentos más bajos en fibra.
¿Qué crees que fue lo más difícil de la carrera?
Creo que todo puede conspirar en tu contra. Es decir, una mezcla de fatiga acumulada, rodillas doloridas, músculos doloridos, falta de sueño, tener que hacer un millón de cambios de bolsa - y tener que pasar la mitad de la carrera cubierto de mierda-. Además, en este tipo de carreras tan largas, siempre hay algo que sale mal y que no tenías previsto, pero supongo que tienes que resolver el problema y enfrentarte a ello.
¿Qué es lo que más te ha gustado de la experiencia?
Aparte de la línea de meta, la gente. He conocido a algunas personas que se han convertido en amigos para mucho tiempo, porque nos conocimos una vez [en una carrera] y corrimos toda la noche. Así que la camaradería de estar en el recorrido haciendo lo mismo y tan duro. Es algo maravilloso. Es como si todos fuéramos juntos a la batalla, pero todos ganamos, potencialmente.
Pero al mismo tiempo, el refugiarme en mi cabeza y esforzarme al máximo. Porque me costaba convencerme de que he había hecho lo suficiente. Pero una vez que empiezas a hacerlo de verdad, es como si pudieras. Porque cada paso es actuar en consecuencia.
¿Cómo controla los nervios en carrera?
Llegados a este punto, aparece una especie de resignación. Has hecho todo el entrenamiento. Pero, hace unos 10 años, di la vuelta al mundo, tocando música, y formé un grupo con un guitarrista francés llamado Mikey. Así que ha venido a Chamonix y anoche nos reunimos y pasamos el día juntos tocando música, así que eso me distrajo mucho.
¿Quién más fue a verte correr?
Tengo a mi mejor amiga Madelyn y a su compañero Tom. Tengo a mi amigo Ed, que me ha llevado a la quimio, me ha apoyado y volverá a hacerlo. Potencialmente va a grabar con un dron. Y mi hermano John, que me preparó una cinta de correr cuando estaba en el hospital para que pudiera correr.
Como es tan difícil seguir a alguien por el borde de las montañas, tienen una hoja de cálculo y todo está muy organizado. Nunca había tenido un equipo de apoyo, y no me siento lo bastante elitista como para tenerlo, pero es estupendo que la gente haya querido hacerlo.
¿Cuáles son tus próximos objetivos?
Pienso seguir corriendo, haciendo música e incluso hacer las dos cosas a la vez, por lo que quiero correr el maratón de Londres mientras toco el trombón el año que viene. Todos los que hagan un donativo (estoy recaudando fondos para Macmillan Cancer Support) pueden elegir una canción para la lista de reproducción. Tiene un límite de ocho horas, así que puede ser una marcha si hace falta. Y luego, si tengo otro verano de bienestar, he decidido ir de vacaciones a hacer la ruta que atraviesa toda Inglaterra, desde John O'Groats a Land's End, quizá durante dos o tres meses, y de alguna manera correr o andar unos 40 km al día. Supongo que podrían ser los ojos más grandes que el estómago, pero por qué no soñar porque, bueno, esto se sale potencialmente.