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Adrián Vallés, la penúltima esperanza española para revivir el salto con pértiga en España, deja el atletismo a los 28 años. El atleta navarro llevaba meses rumiando una decisión que decidió anunciar el pasado viernes aprovechando la asamblea que celebró su club, el Grupoempleo Pamplona Atlético, que ahora afronta un cambio de directiva. Una despedida sencilla y el agradecimiento al equipo, sus compañeros y a sus padres presentes en el acto puso fin a la carrera de quien ha sido cuatro veces campeón de España de la disciplina, tres al aire libre (2017, 2018 y 2019) y una en pista cubierta (2019).
En realidad, Vallés apenas ha competido desde que se quedara a las puertas de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio. En las últimas dos temporadas, solo se puso la camiseta el pasado 6 de mayo para puntuar para su club en la Liga Joma, un salto de cinco metros que a la postre terminaría por ser su última competición. "El motivo principal es que en los dos últimos años veo que no tengo el mismo hambre competitivo ni la misma motivación, así que prefiero hacer otras cosas. Si hago atletismo, lo hago a tope o no lo hago, y prefiero dar un paso al lado", explica a Runner's World a punto de coger un vuelo.
Vallés es un ingeniero especializado en big data e inteligencia artificial que estuvo casi cuatro años trabajando para Telefónica, primero a media jornada y, después de que pasara la oportunidad olímpica a jornada completa, y que desde hace año y medio pone su sabiduría a disposición del departamento digital de Decathlon en Madrid. "Ahora quiero crecer más en el ámbito profesional, y me apetecía pasar la motivación del campo atlético a otro", cuenta.
El navarro empezó en el atletismo a los 9 años probando todas las especialidades y a los 13 años se centró en el siempre complicado salto con pértiga gracias al grupo que dirigía Francis Hernández. Y allí pronto destacó. Con 18 años alcanzó 5 metros y consiguió una beca para estudiar en la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, desde donde empezaron a llegar grandes noticias de su progresión.
En 2015 compitió en el Europeo sub-23 de Tallin (Estonia), donde se colgó el bronce con 5,50 metros, medalla y marca que repitió dos años después en el mismo campeonato celebrado en Bydgoszcz (Polonia), torneos en los que compartió la foto de los medallistas españoles con otros atletas que han llegado muy alto a nivel absoluto como Saúl Ordóñez, Álvaro Martín, Jorge Ureña o Carlos, en la primera edición, María Pérez, Ana Peleteiro, Diego García Carrera y de nuevo Mayo después.
Aquel 2017 fue, sin duda, el mejor año de su carrera, ya que también consiguió la plata en el campeonato universitario de los Estados Unidos, compitió en su segundo Mundial de atletismo en Londres (también lo hizo en el de 2015 en Pekín, y en los Europeos de Ámsterdam 2016, donde alcanzó la final, y Berlín 2018) y logró su mejor marca personal de 5,70m en un mitin en Landau (Alemania), que aún es la segunda marca española sub-23 de todos los tiempos.
Después llegaron la regularidad en las marcas, los títulos nacionales, las internacionalidades con la selección, pero nunca pudo repetir aquella marca que delimita la frontera para medirse con los mejores del mundo. "Hice mi marca con 22 años, pero cada deportista tiene su techo, me hubiera gustado saltar más pero creo que no valía mucho más. No soy súper rápido ni súper fuerte, no corro los 100m en 10,50s como Duplantis, pero creo que he saltado en torno a lo que valgo", cree, y hace un balance positivo de su carrera.
"Estoy tranquilo y satisfecho al 100% porque creo que he hecho lo que ha estado en mi mano. Sí, tengo la espinita de no haber ido a los Juegos, y lo pasé mal las primeras semanas después de no clasificarme para Tokio, pero le di la vuelta y son momentos malos de los que aprendes tanto que te sirven para toda la vida, porque pocas cosas como el deporte te ponen en situaciones así", reflexiona.
A Vallés, que lleva varios meses sin entrenar y sufriendo pequeñas lesiones, no le motiva siquiera la difícil posibilidad de ser olímpico en París, para lo que se pide unos dificilísimos 5,82 metros, el récord de España, o una clasificación por ranking que tras tanto tiempo sin competir no parece al alcance. "Mi nivel físico ya estaba lejos para intentar clasificarse y el hambre ya no era el mismo que hace 3 ó 4 años, cuando era mi objetivo de cada día".
Si tiene que elegir un solo momento en el atletismo, le cuesta. Quizá sus medallas en los Europeos sub-23 o sus éxitos en Estados Unidos, pero más que las medallas y los datos con los que tanto trabaja y se gana la vida, se queda con los intangibles, con todos los amigos del atletismo y las experiencias y recuerdos que guarda en el cerebro.
Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.
Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).
Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).