La marcha atlética fue el más brillante de los destellos de la delegación española en los Juegos Olímpicos de París 2024. En total, tres metales cosechados, todos a cargo de dos atletas: Álvaro Martín y María Pérez. Juntos, lograron el oro en el relevo mixto y solos, un bronce y una plata respectivamente. De la mano del oro de Jordan Díaz en el triple salto, convirtieron al atletismo en el deporte más exitoso en la capital francesa e igualaron la cosecha particular de Barcelona 1992.

Dejando un momento a un lado a Álvaro Martín y María Pérez, que completaron en París la triple corona (oros europeo, mundial y olímpico), la marcha española vive una generación fantástica, con mucha profundidad. El joven Paul McGrath consiguió la plata en el Europeo de Roma en ausencia de Martín, que se guardaba para París. Laura García-Caro (7ª) y Cristina Montesinos (10ª), completaron el pleno español en el top-10 de los 20 kilómetros marcha femeninos de los Juegos Olímpicos. Y la segunda pareja española en el relevo, formada por Miguel Ángel López y Cristina Montesinos, fue novena, convirtiendo a España en el único país con dos equipos en el top-10.

Tal es la profundida de la marcha española que cualquiera de los 10 atletas que viajaron a París 2024 (los seis de la prueba individual y cuatro inscritos más para decidir en el relevo) podrían haber competido sin problema alguno. Entre ellos, el caso de Alberto Amezcua es reseñable. El granadino de Guadix no participó en el relevo, y no tardó en mostrar su descontento a través de redes sociales: "No todo cuenta, no todo vale, no todo llena. Es un jarro de agua fría".

alberto amezcua
Europa Press Sports//Getty Images

Las palabras del marchador, calmadas entonces, regresan con nuevas insinuaciones. Alberto Amezcua acudió al programa Zona Deporte, de la cadena de televisión regional PTV Granada, donde fue entrevistado por Hugo Durán para esclarecer su no participación en el relevo mixto. Resignado, pero sin explicárselo aún, puso palabras a su frustración: "Era mi última oportunidad".

"Dos días antes de la prueba me comunicaron que iba a ser el suplente. Fue una decisión que para nada entendí, la vi totalmente injusta. Después de la reunión hablé con el seleccionador para que me diera motivos y no me supo justificar nada", afirmó en su primera intervención. "Todo lo que estaba en mi mano lo hice, que era clasificar al equipo para los Juegos. Semanas antes de los Juegos hicimos un test y el que en mejor forma demostró estar fui yo. Entonces, esa tranquilidad me queda para mí. Llegaba en unas condiciones muy buenas para competir, y me había ganado yo el poder competir".

Alberto Amezcua logró la clasificación a los Juegos Olímpicos en el Mundial de marcha por equipos de Antalya, Turquía, donde consiguió la séptima plaza en el relevo junto a Cristina Montesinos. Esa plaza es para el país y no para la pareja. La pareja formada por María Pérez y Miguel Ángel López, quien competiría finalmente en París en lugar de Amezcua, fue décima, a dos minutos de Amezcua/Montesinos, y tras una sanción de tres minutos por errores técnicos de María Pérez.

El granadino explicó también que "por motivos de alergias" no pudo luchar por la plaza individual en los 20 kilómetros marcha. Aun así, en la prueba individual, donde desde el Campeonato de España de febrero está por detrás de Álvaro Martín, Paul McGrath y Diego García Carrera, parecía menos probable su aparición. El conflicto fue en el relevo, donde la decisión final fue emparejar a los medallistas individuales y a Miguel Ángel López y Cristina Montesinos.

alvaro martin maria perez
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El resultado de la primera pareja fue inmejorable: oro. Los campeones de Europa y del mundo alcanzaban juntos la gloria olímpica en una carrera emotiva que resultó ser la despedida del deporte profesional de Álvaro Martín. La segunda pareja, López/Montesinos, fue novena en meta, a un puesto del diploma olímpico.

Amezcua recalca su charla con el seleccionador tras el anuncio de la decisión de dejarle como reserva: "Hablé con él para ver si me daba alguna explicación, o si se me escapaba algo, pero nada más lejos de la realidad. Se cayó, no me supo argumentar nada, y esa es la frustración. Que jueguen con la ilusión y el trabajo de tantísimos años. Era la última oportunidad para mí. Dentro de 4 años, en Los Ángeles, ya habré finalizado mi carrera deportiva. Me lo había ganado como el que más. Me ha tocado vivirlo a mí, pero la vida sigue".

El elegido para participar en el relevo fue el veterano Miguel Ángel López, campeón del mundo de 20 kilómetros en Pekín 2015 y dos veces campeón de Europa (20 km en Zúrich 2014 y 35km en Múnich 2022). Quizá fue el palmarés y la experiencia en estas competiciones de gran calado lo que decantó la balanza a favor del murciano, que hizo un papel reseñable en París a los 36 años en la que es también su última ventana de oportunidad olímpica en vistas de los nuevos marchadores, que deberían poder impedir en él una longevidad competitiva (a nivel internacional) como la de Chuso García Bragado.

Preguntado sobre si se le ocurre alguna explicación, Alberto Amezcua comentó su teoría sobre la decisión de dejarle al margen del relevo: "La fuerza que tiene el entrenador de la persona que compitió en mi lugar, que tiene más peso en la Federación", resumió. "Una vez recibí la noticia empecé a ver más minuciosamente todo lo que ha ido pasando durante la temporada y ya me empiezan a cuadrar cosas. No fueron parciales y beneficiaron a un grupo en concreto".

"Nos sentimos engañados. Creemos que eso lo tenían decidido de tiempo atrás y me tuvieron entrenando todo el verano con esa ilusión. Aparte de injusta (la decisión), me he sentido muy engañado. No se lo deseo a nadie. Lo he querido hacer público porque por desgracia otros atletas lo han sufrido y creo que tenemos que hacer estas cosas públicas y no temer las represalias", defiende. "Si nos callamos, otros atletas que vienen por detrás lo van a padecer. Ante injusticias, hay que hablarlo y que la gente lo sepa".

Amezcua reflexionó sobre la vida después del deporte, la cual ya planea opositando para policía, y con la esperanza de una mayor intervención gubernamental para garantizar el futuro a deportistas cuya carrera no garantiza ingresos como en el fútbol o el baloncesto. Convencido, certificó también su adiós al sueño olímpico en Los Ángeles: "La cabeza me pide descanso. Seguiré vinculado al deporte, pero desde otro plano. El deporte de alto nivel se lo dejaré a los jóvenes, que vienen pegando fuerte".

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 Álvaro García es un estudiante de periodismo de la Universidad Complutense de Madrid cuya pasión es la comunicación y el deporte. Sobre todo la comunicación deportiva.

Se enamoró del deporte a los tres años, viendo los Juegos Olímpicos de Beijing en un hotelillo de Fuerteventura.  Desde que le regalaron una máquina de escribir a los 12 años no ha parado de hacer artículos sobre todas las disciplinas deportivas que conoce. De esta forma se dio cuenta de que quería ser periodista muy temprano y decidió fundar su propia revista deportiva, Chapman. Revista en la que tratan temas relacionados con la actualidad deportiva del fútbol, baloncesto, tenis y atletismo, entre otras especialidades.

Gracias a ello ha estado acreditado en competiciones de RFEA y World Athletics, mundiales FIBA, Liga ACB, mundiales de hockey hielo, de X-Trial, partidos de rugby en el Metropolitano y muchos otros eventos que antes seguía por televisión.

Tiene la costumbre (o manía) de ir estrechando manos y presentándose a colegas y deportistas. Y es un aficionado al deporte de domingos, el de ver en el sofá y el de jugar con amigos en el primer terreno que se preste.

Actualmente lleva las redes de Runner’s World y escribe sobre actualidad del mundo del atletismo los fines de semana.