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Letsile Tebogo parece decepcionando con la segunda temporada de 'Sprint', la docuserie sobre atletismo que este miércoles lanzó Netflix y de la que tanto presume la federación internacional, la World Athletics de Sebastian Coe, que cree que será un modo para llevar su deporte a nuevos públicos. "Esto es un programa americano", escribió en X (antes Twitter) tras ver la serie. Y después apoyó un comentario que decía que él, Marie-Josée Ta Lou y McKenzie Long merecían una disculpa de Netflix. "Todos los atletas africanos", puntualizó.
Porque 'Sprint' en realidad no es un documental sobre atletismo, sino sobre la velocidad. Los 100 y los 200 metros. Y Tebogo, que en 2023 fue subcampeón mundial de la primera distancia y tercero de la segunda, y que en los Juegos Olímpicos de París 2024 se convirtió en el primer atleta africano en ganar el oro olímpico en 200 metros, y convertirse en un héroe en su país, Botsuana, que hasta declaró un día de fiesta nacional en su honor, pasa de puntillas por la serie que dirige Paul Martin para Box to Box, responsable también de los 'insiders' sobre el circuito mundial del golf (Full Swing) y la Fórmula 1 (Drive to Survive).
El atleta de 21 años, la gran promesa mundial de la velocidad, no aparece hasta el minuto 22 del cuarto episodio de la segunda temporada, y su presencia no alcanza los 10 minutos. El documental le muestra en Nairobi tres meses antes de París, reflexiona sobre que es su tercer año sin ir a clase, que aún no asimila que será olímpico, que quiere que los africanos dominen el mundo, recuerda el drama de la muerte de su madre y el exvelocista Ato Boldon, que ejerce de comentarista con Michael Johnson, le define como un velocista total.
Y poco más. El documental vuelve a Estados Unidos y regresa después a Tebogo para contar su victoria en los 200m de París, que se explica más por el Covid de Noah Lyles, el campeón de los 100m, que corre enfermo y aún así termina tercero, que por sus propios méritos.
Lyles es, en realidad, el gran protagonista de una serie demasiado centrada en él desde la primera temporada, lanzada a principios de julio y que repasó lo ocurrido en la temporada 2023, en la que se proclamó campeón mundial de 100, 200 y el relevo 4x100m en Budapest. Allí aparecen también otros tres atletas estadounidenses, Fred Kerley, Gabby Thomas, Sha'Carri Richardson, el italiano Marcell Jacobs, la jamaicana Shericka Jackson y el británico Zharnel Hugues.
Tebogo no es el primer atleta en criticar la producción de Netflix. La mujer más rápida de África, la costamarfileña Marie-Josée Ta Lou-Smith, tres veces medallista mundial, que tras ver la primera temporada aseguró sentir que le habían faltado el respeto. "Cuando dices que vas a hacer una serie sobre los velocistas más rápidos del mundo, deberías mostrar todos, no solo los que ganan. Soy la plusmarquista africana. Merezco respeto", criticó en The Inside Lane.
La segunda temporada ofrece más de lo mismo en cuanto a su foco en los velocistas estadounidenses. El primer episodio intenta agrandar la rivalidad entre Lyles y Kerley, los dos últimos campeones mundiales de los 100 metros, como si la final olímpica de París fuera solo cosa de los dos.
Una serie que no descubre nada
"No diría que somos amigos", se ríe Lyles, aunque todo suena artificioso, impostado para las cámaras de un producto audiovisual que en su intención de alcanzar un público generalista ajeno al atletismo, resulta demasiado plano para los verdaderos aficionados, plagado de obviedades ("Los Juegos Olímpicos son lo máximo", "Todos quiere ser el mejor", "Hay que tener grandes metas"), frases grandilocuentes, imágenes del 'detrás de las cámaras' que apenas revelan nada sorprendente y ningún descubrimiento sobre métodos de entrenamiento o análisis técnico de los atletas de los que hablan, por no hablar de los trucos de montaje que saltan de una a otra competición haciéndola pasar por la misma.
Si el primer capítulo es puramente estadounidense y se centra en los Trials de Eugene, el segundo viaja a las pruebas selectivas de Jamaica –los dos últimos cuentan con detalle los Juegos Olímpicos de París– y dibuja la personalidad de atletas más desconocidos como Kishane Thompson, la sensación de la temporada, o Oblique Seville, aunque elude una historia central como la lesión de Elaine Thompson-Herah, doble campeona olímpica en 100 y 200m tanto en Río como en Tokio, nada menos, y que se queda fuera de los Juegos, y tampoco dedica demasiada atención a Shelly-Ann Fraser, dos veces campeona olímpica y cinco mundial de los 100m, que se despacha en la sinopsis de la plataforma como "una atleta veterana se lesiona".
Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.
Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).
Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).