El descampado de Millican Field, en Ramona, estado de Oklahoma, un pueblo de apenas 544 habitantes, en el puro centro de los Estados Unidos y al lado de unos huertos, se ha convertido en la nueva meca del atletismo mundial. O, al menos, del lanzamiento de disco.

Allí, este domingo, el lituano Mykolas Alekna, un superdotado de la disciplina de 22 años, se convirtió en el primer ser humano en mandar el artefacto de 2 kilos más allá de la línea de los 75 metros y estableció un nuevo récord mundial con 75,56 metros en el cuarto intento del Oklahoma Throws Series World Invitational, una reunión que ha entrado en el tercer nivel del Continental Tour pero que ha reunido a toda la élite mundial de la disciplina en la mejor competición de la historia del disco.

Alekna puso a Ramona en el mapa hace ahora un año, cuando lanzó 74,35 centímetros y, para sorpresa de todo el mundo, borró el récord mundial del alemán Jurgen Schult, 74,08 metros, una medida que había permanecido 38 años en lo alto de las tablas y se consideraba prácticamente inalcanzable. La marca del teutón ahora es la sexta mejor de la historia, porque Alekna batió este domingo dos veces el récord (74,89m en su primer intento) y el australiano Matthew Denny se situó como el segundo de todos los tiempos (74,78m) también por encima de Schult.

¿Qué tiene este lugar? "No tiene mucho misterio. Es una zona despejada, un espacio circular con 5 ó 6 diferentes jaulas de lanzamiento alrededor en los que se puede usar el que mejor viene en cada momento según viene cada día el viento. No es una pista de atletismo al uso, es un estadio para lanzar, que podría montarse en 20.000 sitios del resto del mundo, pero ellos han tenido la idea", cuenta por teléfono desde allí Diego Casas, el campeón de España de disco, un vallisoletano de 25 años que ha invertido sus ganancias en pasarse más de dos semanas en Oklahoma para competir cuatro veces y lograr la mínima RFEA para el Mundial de Tokio de septiembre.

26th european athletics championships rome 2024: day one
David Ramos//Getty Images

Allí, Casas ha logrado sus dos mejores marcas de siempre por encima de los 65 metros, y eso que la decisión que tomó la organización no es la que mejor le venía. Se eligió siempre la jaula desde la que el viento entraba por la derecha –desde las 3, dicen los lanzadores–, las condiciones que más favorecen a los más dotados, cuando él preferiría el viento frontal –desde las 12– que hace volar más lejos su disco.

"El tema del viento es un universo. Depende del tipo de lanzamiento, de cómo liberes el disco, de cómo vuelen. Influye el tiempo de vuelo y la altura. Si vas muy alto el viento desde la derecha ayuda más. Es un tema muy complejo", cuenta Casas, que en Ramona disfrutó de un espacio abierto al viento, sin las tribunas de los estadios, apenas una pequeña grada portátil y huertos alrededor.

Las condiciones no borran la genética y el talento del propio Alekna, hijo de Virgilijus Alekna, doble campeón olímpico de disco en Sídney 2000 y Atenas 2004, y más corpulento que el hijo, que en París 'solo' pudo lograr la plata ante el sorprendente jamaicano Roje Stona, que se llevó el oro al clavar los 70 metros y batir el récord olímpico.

"Alekna es una revelación. A nivel técnico es absolutamente increíble. Tiene una facilidad que hace que parezca sencillo, que creas que lo puedes hacer, aunque no es así. Hay veces que el récord mundial tiene que ver más con el potencial físico que el técnico, pero no es el caso. Para mi no hay nadie como él, es a lo que todo el mundo aspira, un lanzamiento sencillo, muy fluido y elástico, y ha roto el molde de que un lanzador tiene que ser muy fuerte y brusco, no ha tenido que ser un tío de 145 kilos y 2,10 metros para lanzar las barbaridades que lanza. Yo como persona más atlética, te hace pensar que no necesito tantas armas para lanzar lejos, sino una fluidez y una armonía muy bonita", describe Casas a su ídolo y rival.

La ayuda del descampado de Ramona, en cualquier caso, son evidentes. Seis atletas, también el estadounidense Sam Mattis, los alemanes Clemens Prufer y Mika Sosna y el británico Lawrence Okoye, lanzaron este fin de semana por encima de los 70 metros, una marca tan elitista que solo Stona la logró en la final olímpica. Y en categoría femenina, donde el disco pesa la mitad, dos mujeres pasaron de 70 metros y Valarie Allman, la estadounidense doble campeona olímpica, logró también la quinta mejor marca de la historia con 73,52m.

El récord mundial femenino, los 76,80m de Gabriele Reinsch, atleta de la RDA y sus anabolizantes, en 1988 en Neubrandemburgo, una pista con gradas bajas pero casas alrededor, aún está a más de tres metros, pero quizá los mágicos vientos de Ramona puedan también borrarlo.

Headshot of Ismael Pérez

Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.

Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).

Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).