Estás un Ironman, estás listo para enfrentarte a una competencia físicamente y mentalmente agotadora y todos te admiran por ello, pero no eres capaz de cuidar a tu hijo.

Una historia increíble ha ocurrido hace unos días en Lake Placid (Estados Unidos) y tuvo como protagonista a Harley F. Tong, un triatleta de 44 años de Kenmore, que fue arrestado a mitad de competición porque dejó solo a su hijo de nueve años en el área VIP de la carrera.

A Harley F. Tong se le acusa de poner en peligro el bienestar de un niño, a quien llevó con él al lugar de la competición y dejó solo (aunque las autoridades lo consideraron abandono) durante unas diez horas. Todo comenzó cuando el personal de la organización y los voluntarios notaron la presencia del niño en la zona VIP y lo observaron durante un tiempo hasta darse cuenta de que, efectivamente, estaba solo. En ese momento, empezaron a atenderlo y hacerle preguntas, y la policía de Los Ángeles intervino para tratar de resolver la situación.

Cuando se descubrió que era hijo de un atleta, que había adquirido un pase VIP para él, la preocupación disminuyó. Saber que no había sido estrictamente abandonado fue un alivio, pero seguía el hecho de que el bienestar del menor se había puesto en riesgo, y la responsabilidad recaía en el padre, quien continuaba participando en la competencia.

Una vez identificado como el padre del niño, la policía se vio obligada a pensar en cómo detener al triatleta para que asumiera sus responsabilidades parentales sin afectar el desarrollo de la carrera. Además, no era sencillo ubicar el punto exacto donde se encontraba Harley F. Tong en el circuito. Por ello, en colaboración con los organizadores, decidieron retirar las pertenencias de Tong de una zona de transición, asegurándose de que, al llegar allí, se vería obligado a pedir ayuda al personal. En lugar de ser asistido por el equipo, se encontró con varios policías que lo detuvieron y lo llevaron al departamento de policía.

El triatleta fue liberado, pero deberá comparecer en tribunal más adelante para responder a la acusación por haber puesto en riesgo el bienestar de su hijo. Aunque, como admitió el subcomisionado del Departamento de Policía de Lake Placid, Frank Strack, "el niño no sufrió lesiones y nunca estuvo en un peligro real". Strack también añadió que "cuidar de un niño es más importante que participar en una carrera Ironman".

Harley F. Tong, conocido en el circuito amateur por la constancia de sus actuaciones, ahora podría enfrentarse a sanciones penales, además de su probable exclusión de futuras competiciones.

Headshot of Roberto Pegorini
Soy licenciado en derecho y periodista desde 1996. He colaborado con Il Giorno, Avvenir, La Notte, Libero, Leggo, Cronacaqui, he sido director de La Gazzetta di Sesto y actualmente soy director de InFolio, una edición quincenal que cubre cuatro municipios de la Martesana. En el pasado me he ocupado mucho de las noticias sobre delitos, pero soy un gran aficionado a los deportes. En La Notte, de hecho, formé parte del equipo editorial deportivo y me dediqué principalmente al fútbol (Juventus en la Serie A y Pro Sesto en la Serie C1) y al baloncesto (enviado al Varese, Serie A). En 2002 gané el «Premio Torretta - Sesto San Giovanni». Durante diez años fui responsable de prensa de Geas Basket Sesto, cuando jugaba en A2. Jugué al fútbol a un buen nivel, pero siempre jugué al baloncesto y al tenis, hasta que se me cayeron las rodillas. Y la segunda vez que rompí a mi cruzada, colgué mis zapatos en el clavo. En 2002 escribí la novela «Life in Slices» ambientada precisamente en el mundo del baloncesto con un prólogo de Gianmarco Pozzecco, mientras que desde 2014 escribo novelas negras. Se han publicado cuatro (con «Al menos no esta noche», también he recibido una mención a Giallo Garda) y la quinta está en vías de lanzamiento. Junto con otros escritores, también he participado en media docena de antologías de relatos cortos, en estos casos siempre con fines benéficos. Durante 38 años viví en Sesto San Giovanni, pero desde 2008 me he mudado a Bérgamo, precisamente en el lago de Endine, donde escribo mis novelas, doy largos paseos y devoro libros.