Sigue enrevesándose el camino hacia el regreso de la liga que prometió revolucionar el atletismo hace tan solo un año. La Grand Slam Track de la leyenda Michael Johnson está cada día más lejos del éxito que esperaba, con deudas millonarias y más dudas que nunca sobre su continuidad tras tan solo tres mítines —y la cancelación de la gran cita final en Los Ángeles— en la edición de 2025. Después de asegurar que volvería a haber mítines de la Grand Slam Track en 2026, la liga de premios multimillonarios anuncia a través de redes sociales, en una carta firmada por su fundador y cara visible, que no reanudará su actividad hasta pagar definitivamente todos los premios monetarios que debe a los ganadores de las reuniones de Kingston, Miami y Philadelphia de esta campaña.

"Es increíblemente difícil vivir con la realidad de que has construido algo que te sobrepasa mientras sientes que estás defraudando a la gente que inicialmente intentabas ayudar", explica Johnson al inicio del comunicado. El explusmarquista mundial de 200 y 400 metros explica después que considera un éxito la primera campaña de la Grand Slam Track: "Carreras inolvidables, rivalidades, sorpresas. Muchos atletas han compartido lo bien que se lo han pasado compitiendo en nuestra liga. Eso es éxito para mí".

Solo existía una razón por la que tantos atletas se mostraron con ganas de competir en un punto tan precoz de la temporada (abril) en la Grand Slam Track: los premios económicos a los ganadores. Cien mil dólares para el ganador de cada grupo de carreras en cada una de las cuatro citas. Es agosto y las promesas aún no se han cumplido; los atletas no han cobrado: "Es la paradoja más cruel. Habíamos prometido a los atletas compensación justa y rápida, y aquí estamos sufriendo para encontrar la posibilidad de pagarles".

Johnson acusa a sus inversores de incumplir sus promesas y complicar los pagos: "Nos destrozó la noticia de que no recibiríamos los fondos que se nos habían prometido. Hemos trabajado incansablemente con nuestros inversores para encontrar soluciones rápidas. Incluso después de posponer el mitin de Los Ángeles, estábamos recibiendo señales positivas. Sin embargo, decidimos que lo mejor sería cerrar la temporada y concentrarnos en solucionar esos problemas. Por desgracia, las circunstancias cambiaron en formas que no estaban bajo nuestro control", explica la Grand Slam Track. El CEO de Grand Slam Track ha explicado a varios medios estadounidenses que la inestabilidad en el mercado tras las radicales políticas arancelarias de Donald Trump han afectado a la liga vista la incertidumbre de parte de sus inversores.

Si bien no nombra a ninguno de sus socios, todo parece apuntar a que el gran inversor que se ha echado atrás es el multimillonario Bill Ackman, amigo personal del presidente Donald Trump, que fue anunciado como un apoyo de alrededor de 30 millones de dólares el año pasado. La empresa con la que apoya a la liga, Winners Alliance, procura tirar balones fuera cuando Front Office Sports le pide explicaciones. "Winners Alliance es y ha sido siempre un gran apoyo para la Grand Slam Track y mantiene contacto regular con su organización de camino a una temporada 2026 más exitosa". Bill Ackman intentó donar 10 millones de dólares al Salón de la Fama del tenis hace unas semanas, pero la entidad rechazó su dinero. El magnate es conocido por grandes inversiones fallidas de las que se desentiende y opiniones polarizadas, como demostró al tratar como ataque terrorista un accidente de tráfico aéreo en Washington DC en el que murieron 67 personas a inicios de año.

El presidente de World Athletics, Sebastian Coe, ha hablado públicamente sobre su preocupación por los atletas de la Grand Slam Track y la triste realidad de la liga. "No hay necesidad de fingir que no es una situación desagradable. No es bueno. World Athletics siempre ha estado con los atletas. Sabemos que es una start-up, pero los atletas tienen que cobrar". Coe no sentencia cuando The Guardian le pregunta si tiene poder para intervenir en la situación, pero avisa: "Veamos cómo evoluciona esto".

Michael Johnson explica su gran error, establecer fechas fijas para los pagos que no han podido cumplir: "Ofrecimos unas fechas límite que no hemos cumplido. Como es entendible, esto ha desencadenado frustración, decepción y contratiempos a nuestros atletas. Por eso no estamos solo tratando de solucionar el problema inmediato, sino que estamos estableciendo sistemas y patrocinios para asegurarnos de que esto no vuelva a ocurrir". El exatleta aprovecha para hablar de forma personal sobre estos meses: "Aunque no soy un novato en esto de sobrepasar contratiempos y obstáculos, esta situación es uno de los retos más grandes a los que me he enfrentado".

El comunicado termina, de nuevo, con una reafirmación sobre la continuidad de la liga: "Esto no ha acabado. Ni mucho menos". La credibilidad del mensaje es cada vez menor y muchos atletas empiezan a romper su silencio. Hace unas semanas, la campeona olímpica de 200m Gabby Thomas respondió una publicación de la liga con un mensaje que rezaba: "Pagadme porfa". Michael Johnson debe encontrar nuevas fuentes de financiación para un proyecto que ha fracasado y tiene al mundo del atletismo en contra por promesas incumplidas e impagos que han condicionado la vida de sus participantes. Los atletas han hecho pública ya su inquietud y su voluntad de emprender acciones legales en caso de no solucionarse la situación en los próximos meses.

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 Álvaro García es un estudiante de periodismo de la Universidad Complutense de Madrid cuya pasión es la comunicación y el deporte. Sobre todo la comunicación deportiva.

Se enamoró del deporte a los tres años, viendo los Juegos Olímpicos de Beijing en un hotelillo de Fuerteventura.  Desde que le regalaron una máquina de escribir a los 12 años no ha parado de hacer artículos sobre todas las disciplinas deportivas que conoce. De esta forma se dio cuenta de que quería ser periodista muy temprano y decidió fundar su propia revista deportiva, Chapman. Revista en la que tratan temas relacionados con la actualidad deportiva del fútbol, baloncesto, tenis y atletismo, entre otras especialidades.

Gracias a ello ha estado acreditado en competiciones de RFEA y World Athletics, mundiales FIBA, Liga ACB, mundiales de hockey hielo, de X-Trial, partidos de rugby en el Metropolitano y muchos otros eventos que antes seguía por televisión.

Tiene la costumbre (o manía) de ir estrechando manos y presentándose a colegas y deportistas. Y es un aficionado al deporte de domingos, el de ver en el sofá y el de jugar con amigos en el primer terreno que se preste.

Actualmente lleva las redes de Runner’s World y escribe sobre actualidad del mundo del atletismo los fines de semana.