Hyvon Ngetich, una atleta que esta primavera cumplió los 40 años, no tiene pruebas oficiales registradas desde el 15 de febrero de 2015, el día en el que se hizo viral durante el Maratón de Austin (Texas, Estados Unidos), que terminó a gatas. La atleta keniana había sido contratada como una de las favoritas a llevarse la victoria gracias a su merca personal de 2h34:42 lograda cuatro años antes, cuando ganó la Maratón de Santiago de Chile.

Ngetich era una de esas decenas de atletas kenianas que no tienen sitio en la selección y que aprovechan su nivel muy cercano a la élite mundial para ganar dinero ganando carreras de segundo nivel por el mundo. En su palmarés hay victorias en multitud de pruebas en México como las medias maratones de Zapopán (2009 y 2010), Querétaro, Mazatlán (2010) o los 10K de Boca del Río y, de nuevo, Mazatlán (2011).

Sin embargo, aquella mañana en Austin, el maratón se le hizo bola. Con 29 años, dominaba claramente la carrera hasta que llegó al último kilómetro y se quedó sin fuerzas. Sus piernas se pararon, terminó en el suelo y los organizadores le ofrecieron una silla de rueda, que rechazó, empeñada en recorrer a gatas los últimos 400 metros hasta la meta. Entró en tercer lugar, en 3 horas, 4 minutos y 3 segundos, detrás de su compatriota Cynthia Jerop, de 19 años, y de la estadounidense Hannah Steffan, de 27.

Claro que Hyvon Ngetich no se acuerda de aquello. "Me desperté en un hospital y me contaron que había terminado la carrera. Pregunté si había terminado y me dieron la medalla. Les dije que no había acabado, pero me enseñaron las imágenes de cómo había gateado. Entonces empecé a sentir el dolor en mis rodillas y me di cuenta de que algo había pasado", rememoró después.

Aunque su actuación de anteponer el resultado a su salud no es precisamente un ejemplo, los aficionados en la meta no pararon de corear su nombre para ayudarle a llegar y la organización le entregaron el dinero del premio programado para el segundo lugar, aunque terminara tercera.