El atletismo español podría haber lucido en el próximo Mundial de Tokio la segunda participación más alta de la historia después de Sevilla 1999, ya que más de 60 atletas podrían haberse inscrito de acuerdo a las normas de World Athletics, que combina un sistema de clasificación de mínimas durísimas y a través de su ranking mundial de puntos. Sin embargo, la lista será de unos 56 atletas, ya que hay ocho atletas que pese a cumplir las exigencias internacionales –a falta de que se actualice de forma definitiva la tabla de puntos–, no han satisfecho las exigencias de la Real Federación Española y sus polémicas mínimas de competitividad que a tantos disgustan.

Entre los ocho hay casos de cada tipo, desde la atleta que ha dado al palo repetidamente hasta atletas cuyo rendimiento ha decaído en los últimos meses. La primera es Daniela García, ochocentista mallorquina a la que se le pedía bajar de los 2 minutos en los 800 metros para estar en Tokio. En hasta siete carreras desde junio, la mediofondista ha bajado de 2:01. Ha rozado la mínima en Troyes (Francia), Ordizia, Barcelona, la Universiada de Bochum, Banska Bystrica (Eslovaquia), Berna y Lausana (Suiza). En la localidad vasca se quedó a solo cinco centésimas de la mínima con 2:00.05.

Esa regularidad hace que Daniela García, que ganó el bronce en la Universiada de julio, sea la segunda española del ranking mundial, además de subcampeona de España en Tarragona, donde fue derrotada por Rocío Arroyo y ganó a Lorea Ibarzabal. Las dos, y la joven Marta Mitjans, ausente en el Nacional y 4ª en el Europeo sub-20 en el que era favorita, sin embargo han bajado alguna vez de los dos minutos, por lo que será el trío que competirá en Tokio.

Tampoco estará en Japón la saltadora de altura Una Stancev, que ha brincado dos veces por encima de 1,90 metros pero no ha cumplido con los 1,93m que pide la RFEA, y está en el límite de las atletas que se clasificarían. La atleta, oro en la Universiada, lo intentó hasta el último día de clasificación, el pasado domingo en un mitin en Zoetermeer (Países Bajos), pero se quedó con 1,85m.

"Me hubiera gustado haber sido lo suficientemente excelente o competitiva, o no sé exactamente cómo llamarlo", ironizó Stancev en su balance de la temporada en Instagram, donde intentó quedarse con lo positivo. "Creo que la Una que empezó esta temporada está flipando con la deportista en la que me he convertido", destacó. "Solo espero que para el futuro las cosas cambien y que las nuevas generaciones también podamos soñar y aspirar a mejores condiciones y alcanzar lo que por hoy parece inalcanzable, pero cada vez menos", manifestó la atleta de 23 años.

Otra crítica sin alzar demasiado la voz llegó por parte de la lanzadora de peso Belén Toimil, que habría entrado sobrada por ranking pero a la que sus 17,61m de esta temporada dejan lejos de los 18,40m de mínima federativa. La gallega apenas superó los 17m en Tarragona y dejó de intentarlo. Explicó entonces que si no había sido capaz de acercarse a los 18m hasta entonces, difícilmente lo conseguiría en las siguientes tres semanas y se marchó de vacaciones.

Aún así, Toimil compartió en sus historias de Instagram una imagen en la que recuerda que es la cuarta vez que le dejan sin campeonato internacional por el criterio federativo tras el Mundial de Budapest 2023, el de Glasgow en pista cubierta el año pasado y el Euroindoor de Apeldoorn de este invierno.

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ANNE-CHRISTINE POUJOULAT//Getty Images

En Tokio tampoco estarán el velocista Guillem Crespí y el lanzador Manu Quijera. El campeón de España de los 100m lisos con 10,20s en Tarragona corrió después en 10,14s en Jerusalén, aunque con viento ilegal. En cualquier caso, insuficiente para cumplir con los 10,10s que pide la federación. Crespí está al límite del ranking, por lo que con la siguiente actualización podría quedarse fuera igualmente.

El caso de Quijera es diferente. Su mejor competición en la jabalina llegó en febrero con un lanzamiento de 81,46m que resultaba muy prometedor de cara a cumplir con la mínima. de 82,70m. Sin embargo, durante el verano solo fue capaz de pasar de los 80m en el Mitin de Pamplona, en su ciudad, el 2 de julio, y después se ha estancado entre los 76 y los 77 metros, llegando a ceder el título nacional ante su hermano mayor Nico Quijera.

Dos atletas que viajarán a Tokio igualmente

La RFEA tampoco abre la mano con atletas que viajarán a Tokio igualmente para competir en el relevo, pero a las que no se les permite correr su prueba individual. Es el tipo de amargura que ya experimentó Pol Retamal en Eugene 2022. En ese grupo están Esperança Cladera, que ha corrido tres veces por debajo de los 23 segundos en los 200m (22,79s en Tarragona), pero no de los 22,75s que exige Pepe Peiró, y Blanca Hervás, que clasificaría para los 400m y corrió en 51,15s en el Mitin de Madrid, a cinco centésimas de los 51,10s que pide la española.

El último caso es el de la marchadora Beatriz Cantero, que podría haber formado parte del equipo 35 kilómetros marcha tras la renuncia a las dos pruebas de la onubense Laura García-Caro por motivos de salud –en las dos distancias hay 4 plazas para España porque María Pérez va con la invitación de campeona mundial–. Cantero marchó en 2h59:35 en Marín en marzo que quedan lejos de las 2h50:00 que exige la RFEA. En el mismo caso habría estado Lidia Sánchez-Puebla en los 20km, hasta que Cristina Montesinos ha optado por aprovechar la baja de García-Caro para decidirse a doblar prueba tras ser seleccionada inicialmente en 35 kilómetros.

A la inversa, el caso de un atleta que pese a contar con la mínima de la RFEA, no tenían los puntos suficientes para entrar en su prueba. Es el caso de Abel Jordán en los 110m. vallas y podría serlo también de Artur Coll, que está seleccionado, si finalmente la actualización del salto con pértiga le deja fuera. Los dos no volvieron a intentarlo después del Campeonato de España de Tarragona, donde lograron sus mejores marcas que cumplían con la federación.

Las mínimas de competitividad se implantaron a principios de 2023 después de la polémica del verano de 2022, cuando el seleccionador Pepe Peiró dejó fuera del Europeo de Múnich a siete atletas (Aauri Bokesa, Daniel Cisneros, Iker Alfonso, José Emilio Bellido, Iker Arotzena, Didac Salas y Carlos Rojas) que pese a haber cumplido los criterios internacionales, no fueron convocados al considerar que no tenían posibilidades de pasar ronda. Las marcas de referencia quisieron objetivar el criterio, y se han cumplido a rajatabla con una única excepción: el decatleta Jorge Ureña fue convocado para los Juegos Olímpicos de París sin haberla alcanzado.

"Todos los atletas piensan que la excepción es su excepción. Jorge Ureña fue campeón de Europa, ha tenido una trayectoria internacional muy destacada, pero si queremos trasladar esa excepción a mucha gente, la palabra 'excepción' pierde el valor. Si haces de eso la norma, quitamos los criterios", defendió este miércoles Peiró durante la rueda de prensa en la que anunció la convocatoria de atletas que representarán a España en el Mundial de Tokio.

Cuando a Peiró se le preguntó por casos concretos como los de Daniela García y Una Stancev, repitió el argumento de que la temporada de ambas es excelente, pero que aún no alcanzan el nivel para vestir la camiseta nacional en Tokio. "Entendemos que el nivel de exigencia para estar en el equipo nacional es el adecuado. Hay atletas que no fueron a los Juegos y van a Tokio. No debe ser una tragedia que un atleta no vaya al equipo nacional un año, solo tiene que tratar de mejorar para el que viene", defendió.

Aunque el sistema siempre despierta polémica, es utilizado por otros países como Gran Bretaña o Francia, con mínimas más duras que las españolas, o por Italia, que las tiene algo más suaves. Los británicos anunciaron el martes la lista de sus atletas para el Mundial de Tokio con 66 nombres y, por ejemplo, no aparece la jabalinista Bekah Walton, que pese a que se clasificó por ranking no lanzó los 61 metros de mínima de competitividad que pedía su federación.

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Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.

Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).

Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).