Quique Llopis se consolidó en la élite mundial de los 110 metros vallas y, al tiempo, se quedó otra vez a las puertas del cielo. Como hace 13 meses, en los Juegos Olímpicos de París 2024, el valenciano terminó 4º del universo en el Mundial de atletismo de Tokio. Si entonces fueron once las centésimas que le superaron del podio, esta vez fueron solo cuatro. Cada vez más cerca, pero otra vez sin medalla.

Si entonces le superaron Grant Holloway y Daniel Roberts, estadounidenses, y Rasheed Broadbell, jamaicano; esta vez cambiaron los protagonistas, aunque no los países en el podio, las dos potencias de la disciplina: Cordell Tinch, oro en 12,99s; Orlando Bennet, plata con 13,08s, y Tyler Mason, bronce con 13,12s. El viento, -0,3 m/s, tampoco ayudó a correr más. Si el ganador se ha demostrado inalcanzable este año, con varias carreras por debajo de los 13 segundos y victorias en todos los grandes escenarios, los caribeños son dos atletas del nivel de Llopis. Cuando más importaba, rebajaron su marca personal para superarle.

Llopis reaccionó rápido al disparo –0,153s, el segundo de la final–, y ejecutó por la calle 3 las siete zancadas hasta la primera valla, el punto de la carrera en el que más pierde ante sus rivales. A su derecha, los tres que acabarían en el podio parecían salvar un instante antes el primer obstáculo. Como siempre, le tocaba remontar. Tinch tardó en llegar a ponerse en cabeza. Le costó media carrera superar realmente a Tyler Manson, pero en la última valla su victoria empezó a parecer clara.

Para entonces, las medallas era una cuestión de cinco hombres. El suizo Jason Joseph, viejo enemigo del valenciano, triunfador en el dramático Euroindoor de 2023 en Estambul, cuando la caída, el golpe en la cabeza y la conmoción de Llopis, del que no se preocupó y con el que se terminó disculpando, no llegó a la primera valla, no la saltó, y quedó fuera de carrera. Llopis se quitaba un hombre peligroso en los últimos metros, como había demostrado en las semifinales.

Eran cinco, pero el japonés Rachid Muratake, el segundo hombre más rápido del mundo en 2025, falló ante su público, tocó la penúltima valla y perdió el ritmo en el momento decisivo. Ahí, el valenciano y su limpieza técnica ganaron una batalla. Llopis apretó, pero Tinch estaba lejos, Bennet progresó y Mason no terminó de fallar. Sus 13,16s, cuatro centésimas más rápido que en París, su tercera mejor marca de siempre –13,09s en La Nucía en 2024 y 13,12s el pasado 28 de agosto en Zúrich, cuando solo le ganó Tinch–no resultaron suficientes para morder metal.

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Julian Finney//Getty Images

"Estoy contento porque lo que me gusta es conseguir una buena carrera en una final y he aprovechado la oportunidad aunque no he podido conseguir la ansiada medalla. Me veo bien y, sin duda, hace tres o cuatro años hubiese firmado con los ojos cerrados esto de estar en finales de Juegos Olímpicos, Europeos y Mundiales", explicó Llopis, tratando de ver el vaso medio lleno. Hay otra lectura positiva: llegando con la 11ª marca del año, terminó 4º.

El de Bellreguard, ganador el lunes de su serie, no había fluido tanto como acostumbra en semifinales, aunque 13,29s le bastaron para entrar directo a la espalda de un Bennet crecido. El japonés Sushei Nomoto (13,30s), crecido en el liso final, estuvo a un suspiro de dejarle fuera. El discípulo de Toni Puig debió lanzarse hacia la meta para salvarlo.

En su ronda cayeron Dylan Beard, Lorenzo Simonelli, Wilhem Belocian y sobre todo, Grant Holloway. El campeón olímpico y triple campeón mundial confirmó su mala temporada, y cuando iba en cabeza perdió el ritmo y cayó dramáticamente hasta la sexta posición (13,52s). "Holloway no ha estado bien y aunque hubiese estado en la final no hubiese conseguido medalla. No ha sido su año, viene de conseguir todo en 2024 y será difícil para él mantener la motivación. Igual le ha costado un poco más, pero lo volveremos a ver luchando por ser campeón del mundo", analizó Llopis.

El francés Sasha Zhoya, triunfante en primavera en el Grand Slam Track, ni siquiera tuvo esa oportunidad, porque se retiró lesionado de las semifinales y lo contó con pena en Instagram con una foto de su isquiotibial vendado.

"Hay que descansar y coger la vuelta con ganas para tratar de mejorar cosas a nivel técnico, igual que las salidas", concluyó Quique Llopis, el 4º del mundo.

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Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.

Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).

Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).