- Los investigadores del King's College de Londres descubren que quienes comparten una carga genética más similar también desarrollan hábitos de alimentación más parecidos.
- "Nuestro estudio es el primero en mostrar que la comida y la ingesta de nutrientes también forma parte de la genética", explica el autor del informe.
- Test genético: 10 razones para hacerte el test del genoma completo
En un capítulo de los Simpsons, Lisa comienza comer de manera desmesurada cuando su padre y su abuelo aseguran que será obesa por su genética. En otro episodio, aseguran que la estupidez de los varones de la familia procede también de su herencia genética. En el futuro se podrá ver alguna historia en que los gustos por ciertos platos y sabores se justifiquen por el ADN porque, sí, hay un fundamento científico.
Los investigadores del prestigioso King's College de Londres han descubierto que una parte de los hábitos de alimentación se deben a la genética. El hallazgo se produjo al comparar las tendencias de más de 2.500 gemelos y mellizos y comprobar que quienes compartían más genes seguían dietas más parecidas que quienes compartían una carga genética menos similar.
Los especialistas ya habían anticipado que existen algunos alimentos en los que la tendencia es más acusada como el café y el ajo. Los investigadores británicos confirmaron esta correlación, pero fueron más allá. "Nuestro último estudio es el primero en mostrar que la comida y la ingesta de nutrientes, medida con nueve diferentes clasificaciones, también forma parte de la genética", explicó Olatz Mompeó-Masachs, autor del estudio y profesor en School of Life Course Sciences.
¿Supone esto que las familias que comparten más gentes comerán lo mismo? No es tan exacta la correlación, ya que también influyen la masa corporal, los niveles de ejercicio físico y otros factores del medio ambiente. Es decir, que Lisa Simpson o tendría que tener los mismos gustos que su padre y podría seguir siendo vegetariana.