Las agujetas son como el dolor de cabeza o el dolor de espalda. Es imposible que no las hayas sufrido en alguna ocasión. Bien tras la práctica de cualquier modalidad deportiva después de un periodo de aletargamiento físico, debido al exceso de intensidad con respecto al entrenamiento habitual o incluso como consecuencia de alguna actividad cotidiana que haya implicado determinados movimientos a los que no estabas acostumbrado.

Las agujetas siempre han estado rodeadas de muchos mitos y algunos remedios para aliviarlas más que cuestionables procedentes de la sabiduría popular, pero lo cierto es que este dolor muscular de aparición tardía, su nomenclatura técnica, no tiene un origen claro. Sí se sabe que nada tienen que ver con el acúmulo de cristales de ácido láctico en el interior de las fibras musculares y que por lo tanto de nada sirve atiborrarse de agua con azúcar para contrarrestarlas. Además de una ocurrencia es insano.

En cualquier caso, las últimas teorías sobre el motivo de su molesta presencia tiene que ver con microroturas fibrilares en el músculo como consecuencia de movimientos de contracción excéntrica -cuando los músculos se contraen, pero también se estiran y se alargan- y por lo tanto se puede hablar perfectamente de lesión, leve, pero lesión al fin y al cabo. Y como cualquier rotura conlleva dolor e inflamación.

Cómo aliviar las agujetas

Ahora que sabes qué son y cómo se producen es posible que también quieras saber cómo se alivian y destierran de tu cuerpo con un simple chasquido de dedos. Pues bien, malas noticas porque no es tan sencillo. El dolor, porque va a aparecer quieras o no quieras, suele hacer acto de presencia a las 24 horas del esfuerzo físico y puede prolongarse durante al menos otras 24 horas más con sus interminables minutos y segundos.

Lo que sí podemos hacer es descansar, pero si no es una opción, se recomienda prudencia y hacer algún tipo de actividad muy moderada en lo que a intensidad se refiere. Las agujetas no se combaten con más ejercicio. Otro mito almacenado en la memoria colectiva. Sentirás dolor y lo más probable es que el ejercicio no se haga con un rango de movimientos adecuado y se altere su normal ejecución. Cuidado con eso.

Las agujetas no dejan de ser la respuesta fisiológica normal a un sobreesfuerzo

También se puede, a modo de prevención, aplicar frío en la zona sospechosa de plantear problemas -por ejemplo el cuádriceps si hemos decidido comenzar a hacer sentadillas- sin exceder los 20 minutos. Y una vez se manifiesten se puede aplicar calor suave, realizar estiramientos y masajear suavemente la zona. Si el dolor se antoja insoportable, se puede tomar un analgésico suave por prescripción médica -paracetamol o nolotil- pero no un antiinflamatorio porque bloquean la regeneración muscular. No es lo ideal recurrir a un tratamiento farmacológico, pero en casos muy severos e incapacitantes quizá sea necesario.

Y si te preguntas si volverán una vez superada la ‘crisis’ la respuesta es que depende. No lo harán si los músculos afectados se han habituado al tipo, intensidad y duración del entrenamiento. Pero no se puede evitar que surjan de nuevo en otros grupos musculares que no se hayan trabajado porque las agujetas no dejan de ser la respuesta fisiológica normal a un sobreesfuerzo.

Los mejores alimentos frente a las agujetas

Ahora bien, hemos hablado de reposo y algunas estrategias para amortiguar el golpe, pero ¿se puede hacer algo más? En este caso sí. Y es que, desde una perspectiva médica, lo más adecuado es emplear una alimentación que ayude a prevenir y reducir las agujetas después del entrenamiento. Ojo, no confundir con hacer desaparecer. El objetivo no es otro que reducir la molesta sensación de dolor y afortunadamente existen muchos alimentos que cuentan con propiedades antiinflamatorias y analgésicas.

“Debemos tener en cuenta es que no hay fórmulas mágicas y que estos trucos de alimentación tienen que acompañarse también con una forma correcta de practicar ejercicio físico. Esa combinación ayuda a reducir las agujetas de forma efectiva”, asegura la doctora Paloma Suárez, responsable de la unidad de medicina deportiva de Vithas Las Palmas.

En este sentido, la experta del hospital canario recomienda incluir en la dieta “legumbres, como lentejas o las judías, así como otros alimentos como la soja, o frutas y verduras como la cebolla, los pimientos, los tomates y los frutos rojos, cuentan con propiedades antiinflamatorias y analgésicas que ayudan a reducir las agujetas”.

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“También es aconsejable el consumo de otros alimentos como las cerezas, la remolacha otros productos como el café o té, así como especias como la canela o la cúrcuma. La taurina, presente en alimentos cárnicos, así como en huevos, lácteos y algas, es un compuesto orgánico muy interesante para reducir las agujetas”, añade la doctora Suárez, que recomienda igualmente una buena hidratación antes, durante y después del ejercicio.

Así pues, una práctica moderada y progresiva de la actividad física, reposo y buenos alimentos forman parte de la ecuación para prevenir y aliviar la intensidad del dolor. Al menos se puede incidir sobre el grado de su intensidad de una manera más o menos efectiva si se es consciente de que van a llamar a tu puerta tras un periodo de inactividad o un sobreesfuerzo. Pero no hay una píldora mágica para hacer que desaparezcan. Es algo por lo que vas a tener que pasar, como probablemente bien sabrás a estas alturas.

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Álvaro Piqueras es experto en deportes y en el último lustro se ha especializado en fitness, nutrición y otros temas de salud. Trata de mantenerse al día en lo que se refiere a nuevas investigaciones y tendencias de los campos que domina para poder compartir con rigor la rutina de entrenamiento que puede inspirar un cambio en tus hábitos, las propiedades de los alimentos que deberían formar parte de tu dieta o los hallazgos científicos que pueden mejorar el bienestar físico y mental de personas como tú. 

 Comenzó su trayectoria en medios locales y regionales de la tierra de Don Quijote, concretamente en Albacete. De ahí dio el salto a medios de ámbito nacional tras un enriquecedor paso por una maravillosa agencia de publicidad independiente con nombre de canción de los Beatles (GettingBetter), aunque siempre mantuvo intacta su vocación periodística. 

 De ahí que persiguiera su sueño de trabajar para alguno de los principales grupos editoriales del país como Prisa, Vocento y ahora también Hearst. Quizá le hayas leído en la versión digital del Diario As, abordando infinidad de temáticas, o en ABC y otras cabeceras y revistas del grupo elaborando reportajes de branded content para grandes marcas, multinacionales e instituciones. Y si no has tenido la ocasión, este es el momento de hacerlo en Men’s Health y Runner’s World. 

 Como no podía ser de otra forma, confiesa ser un amante de la práctica deportiva y desde muy pequeño ha probado con disciplinas tan dispares como atletismo, fútbol, baloncesto, tenis, ciclismo o natación. Unas veces sintiendo la adrenalina de la competición, y otras simplemente disfrutando de los beneficios de la actividad física. Ahora le ha dado por los ejercicios funcionales y el boxeo porque tiene la certeza de que el saco es incapaz de devolverle los golpes. 

 Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Alicante, también posee formación específica en gestión y dirección de RRSS, planificación estratégica y diseño gráfico. Últimamente se ha adentrado en el universo de la inteligencia artificial generativa aplicada al periodismo, pero jura y perjura que no la emplea profesionalmente porque, entre otras consideraciones, sigue disfrutando de cada palabra que escribe tras 20 años de experiencia en el sector de la comunicación.