Si no comes lo suficiente para soportar tu entrenamiento, desencadenarás un despliegue de problemas de salud, incluyendo debilidad ósea, que te harán más susceptible a las fracturas por estrés.

Todo el mundo sabe esto, al menos, en teoría. Pero puede ser difícil convencer a runners motivadas de que hay una relación directa de causa-efecto entre comer suficiente y el éxito de su subsecuente entrenamiento y su salud. Un estudio publicado en el American Journal of Sports Medicine puede servir como útil toque de atención.

El estudio monitoriza a 323 mujeres atletas de Stanford en 16 deportes diferentes, incluyendo 47 runners de campo a través. Usando cuestionarios y escáneres de densidad ósea, las atletas fueron evaluadas entre riesgo bajo, moderado, o alto, en base a los componentes de la “tríada de atleta femenina,” que consiste en “baja disponibilidad energética (EA por sus siglas en inglés) con o sin trastornos alimenticios, disfunción menstrual y baja densidad mineral ósea”.

Después, volvieron a ser examinadas para ver qué atletas desarrollaron lesiones óseas por estrés, un continuo que abarca desde “reacciones por estrés” incipientes hasta fracturas por estrés y, en los peores casos, fracturas completas.

Alrededor de la mitad de las runners (24 de 47) fueron calificadas como de bajo riesgo, y tres de esas atletas podían desarrollar una lesión ósea por estrés, eso es menos de un 13 %.

Dieciséis de esas runners tenían riesgo moderado, y la mitad de ellas desarrollaron lesiones óseas por estrés dentro de un plazo medio de un año, lo que significa: Tenían aproximadamente cuatro veces más probabilidades de lesión que el grupo de bajo riesgo.

Había solo siete atletas de alto riesgo, y cinco de ellas desarrollaron lesiones óseas por estrés, lo que significa que estas tenían al menos seis veces más posibilidades de lesión que el grupo de bajo riesgo.

Son números que dan bastante que pensar. Si eres una mujer atleta del grupo de riesgo moderado o alto, tus opciones de evitar una lesión hasta final de temporada son peores que tirar una moneda a cara o cruz. Modificar los hábitos alimenticios puede ser complicado, pero tal vez esta información puede ayudar a aclarar el tema para algunas personas.

¿Cuáles son las señales de aviso de una fractura por estrés?

Aquí tienes seis señales que pueden predecir el riesgo de desarrollar una fractura por estrés, como se describe en una declaración consensuada publicada en la British Journal of Sports Medicine en 2014.

  1. La baja disponibilidad energética o pérdida de peso corporal, como resultado de un trastorno alimentario pasado o actual.
  2. Bajo índice de masa corporal (IMC)
  3. Menstruaciones irregulares
  4. Primera menstruación atrasada (15 años o mayor)
  5. Baja densidad mineral ósea
  6. Fracturas por estrés previas (o reacciones por estrés)

Este protocolo de estratificación de riesgo vino de una serie de conferencias en 2012 y 2013, con la esperanza de desarrollar algunas directrices estandarizadas de vuelta a la actividad. Como Adam Tenforde, doctor en medicina, director de medicina de running de la Harvard University’s Spaulding National Running Center y el autor principal del estudio, señala, los nuevos resultados muestran que los riesgos calculados con este método son “no teóricos”.

¿Qué significa esto para ti?

Esta es la parte complicada. Solo porque alguien tenga un riesgo alto no significa necesariamente que deba parar de entrenar. Puede ser que, por ejemplo, los factores de riesgo del pasado hayan aumentado la calificación de riesgo pero estén ya bajo tratamiento clínico.

Aun así, Tenforde ofrece cuatro consejos para los entrenadores y el personal médico:

  1. Cualquier persona en las categorías de riesgo moderado o riesgo alto necesita tratamiento para asegurarse de que reciben suficientes calorías para soportar sus entrenamientos, junto con el calcio y la vitamina D.
  2. Dichas atletas necesitan estar monitorizadas de forma continua para asegurar que estas áreas —nutrición, función menstrual y salud ósea— siguen estando tratadas.
  3. Por ejemplo, es posible que las atletas de mayor riesgo quieran alternar el entrenamiento haciendo una mayor parte en entrenamiento de máquinas de bajo impacto en su rutina semanal. Dormir bien y descansar también son importantes, dice Tenforde.
  4. No todas la fracturas por estrés son iguales. La mayoría de fracturas por estrés en atletas de bajo impacto fueron en el pie; una consecuencia, tal vez, de biomecánicas y elecciones deportivas (ya que muchas de las atletas de bajo riesgo estaban en otros deportes como baloncesto, donde saltar implica ejercer mucha fuerza sobre el pie).

En las categorías de mayor riesgo, por otro lado, muchas de las fracturas fueron en lugares como el sacro, la pelvis y el cuello femoral, donde los huesos tienden a tener una estructura interna diferente y más blanda. Estas fracturas pueden ser menos una consecuencia directa de fuerzas biomecánicas y más el resultado de debilidad ósea.

Como resultado, sugiere Tenforde, una lesión en uno de estos lugares puede ser una señal de advertencia de que la atleta está en alto riesgo; por lo que debe desencadenar una evaluación de la salud ósea, incluyendo un examen de densidad ósea.

Vía: Runner's World. Traducción: blarlo.com