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Si correr te cuesta mucho y caminar te sabe a poco, da un pasito más y ¡pon tu cuerpo en marcha! Tonificarás más grupos musculares y el consumo calórico será mucho mayor en menos tiempo.
La marcha siempre ha sido icónica por su protagonismo a lo largo de la historia de los juegos olímpicos y la polémica que suele surgir a veces con las descalificaciones. Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional (COI) ha suprimido los 50 km marcha masculinos del programa para Paris 2024, aunque se mantendrá la distancia de 20 km tanto para hombres como para mujeres.
Tanto si eres fan de las olimpiadas o si simplemente estas buscando nuevos retos como runner, prueba esta disciplina que te ayuda a tonificar mediante una técnica depurada.
1.Simula el acto de caminar
El movimiento que se produce durante la marcha atlética simula el acto de caminar. La premisa principal y la principal condición es que la pierna que entra en contacto con el suelo ha de estar completamente estirada. Durante el transcurso del paso, es decir, para avanzar la pierna de atrás hacia delante, sí la podemos doblar (o parecerías Robocop). Recuerda: estira la pierna de ataque cuando vaya a tocar el suelo.
2. Entrar de talón
Es muy importante poner énfasis en entrar de talón, una vez que has hecho esto, deja que el pie haga todo su recorrido para seguir avanzando con cada paso. Simplemente tira de talón y déjate llevar para avanzar hacia tus objetivos. Muy importante no forzar este movimiento si sufres de talalgia o dolor de talón.
La talalgia es una de las lesiones más comunes puesto que es la parte del pie que amortigua el impacto repetitivo de la carrera o el salto, lo que puede llegar a generar la inflamación del talón.
3. Brazos a 90º
La mejor manera de impulsarte durante la marcha atlética con los brazos es de este modo. Lleva los brazos doblados a 90º e impulsa con energía hacía atrás. Esto te ayudará a avanzar más rápido. Despégalos del cuerpo ligeramente.
4. Controla la técnica
Si te has motivado y vas muy rápido, ¡OJO! La norma dice que siempre ha de haber un pie en contacto con el suelo. Trata de controlar la técnica, por ejemplo, alargando más la amplitud de la zancada o manteniendo la cadera siempre al frente. Si no cumples con esta premisa directamente pasarás de hacer marcha a hacer carrera. Se puede decir que esta es la principal diferencia y lo que lleva más tiempo adaptarse para poder realizarla correctamente.
5. Menos impacto que la carrera
La marcha tiene menor impacto en el cuerpo que la carrera, así que puede ser una buena alternativa si tienes una pequeña lesión o un complemento de kilómetros ‘menos cruel’. Durante la práctica de esta disciplina, las rodillas son las más beneficiadas ya que sufren un menor impacto.
6. Zapatillas ligeras y mínima inversión
Como todas las disciplinas, la marcha atlética también requiere de una buena elección de nuestras zapatillas. Además de nuestra pisada, debemos considerar unas zapatillas muy ligeras y con suela fina. No necesitarás nada más, asegúrate de estar bien hidratado para practicarla y calienta y estira tanto antes como después del ejercicio.
Al principio puede que te cueste un poco, pero es como todo, si le coges el gusto y se te da bien puedes beneficiarte de esta disciplina y tonificar los músculos de forma alternativa al running tradicional. Puedes probar a ejercitar bien la cadera para poder mejorar la técnica además de no separar las dos piernas a la vez del suelo.