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Hoy en día es muy habitual el uso de dispositivos digitales en el ámbito deportivo. Las pulseras de actividad o los relojes inteligentes ofrecen información muy relevante relacionada con el rendimiento, aunque por regla general no le sacamos todo el jugo. Y es que es posible que nos centremos más en aspectos como el ritmo, el número de pasos o incluso el tiempo, pero la frecuencia cardíaca también puede ser una buena referencia.
Por ese motivo, si estás en pleno proceso de pérdida de peso o simplemente quieres llevar un control del gasto energético conocer la relación entre las pulsaciones por minuto y la quema de calorías es un parámetro interesante. No en vano, hay quien aprovecha las zonas de frecuencia cardíaca para optimizar su entrenamiento.
Para empezar, debemos ser conscientes de que todos tenemos una frecuencia cardíaca en reposo y una frecuencia cardíaca máxima, es decir, el límite razonable que el sistema cardiovascular puede soportar durante el esfuerzo físico. Y entre esos dos valores existen diferentes niveles de esfuerzo, por lo que determinar una frecuencia normal a la hora de hacer ejercicio depende de muchos factores, como por ejemplo la edad.
En cualquier caso, si conocemos cuál es nuestro umbral máximo de esfuerzo, mediante una prueba específica o aplicando fórmulas más o menos caseras, como restarle a 220 nuestra edad, podremos trabajar en las mencionadas zonas con el objetivo de adaptar el ejercicio, en este caso correr o caminar, a nuestras condiciones y objetivos para progresar de manera más eficiente.
Por regla general, para obtener beneficios para la salud, mejorar nuestra forma física e incluso perder peso, la zona 2 (del 60 al 70 por ciento de la frecuencia cardiaca máxima) es una buena forma de lograrlo.
Diferentes intensidades y beneficios
En cualquier caso, según el Dr. Juan Carlos Portugal del Pino, la relación que se establece entre las pulsaciones por minuto y el gasto de calorías es “exponencial”. “Vas a quemar más calorías a altas pulsaciones y mayores intensidades que a bajas pulsaciones”, explica el especialista en Cardiología Clínica y Deportiva en Dr. Portugal-Medical Tuset Barcelona (MTB) y miembro de TopDoctors.
“La razón de esto -prosigue- es que a altas intensidades estamos utilizando no solo el metabolismo aeróbico sino también el anaeróbico, que es un mecanismo menos eficiente y, además, genera muchos productos derivados que no fomentarán la fatiga porque nuestro organismo posteriormente va a tener que volverlos a reconvertir o degradarlos, lo cual es un proceso que quema energía después de realizar el ejercicio”.
Eso sí, no significa que debamos buscar el máximo continuamente porque quemar calorías no es lo mismo que quemar grasas. Y en este sentido, podemos tomárnoslo con un poco más de calma. “Entrenar a bajas pulsaciones tiene un beneficio ya que estimula la quema de grasas. Entrenar a altas pulsaciones no estimula la quema de grasas ya que utiliza la energía directamente producida por los carbohidratos y proteínas”, asegura el experto.
“Al estimular la quema de grasa hacemos que nuestro organismo sea más eficiente a la hora de producir energía y nuestra capacidad de resistencia se ve incrementada. Asimismo, el organismo posteriormente será capaz de utilizar energía derivada de la grasa para poder reconvertir los productos derivados del metabolismo anaeróbico fomentando que haya una quema de grasa incluso después de haber terminado el entrenamiento.”, añade.
La mejor estrategia
“Por esta razón lo mejor es combinar tipos de entrenamiento a distintas intensidades”, zanja el doctor Portugal. Así pues, la combinación de frecuencias más bajas con otras más elevadas puede ser una buena estrategia para quemar calorías y además eliminar la grasa. De ahí que podamos ejercitarnos manteniendo bajo control las pulsaciones por minuto e implementar dosis más intensas cada cierto tiempo.
En cualquier caso, lo importante es generar el hábito de correr o caminar teniendo en cuenta que la intensidad es un factor importante como lo puede ser el tiempo dedicado al ejercicio. De igual forma es conveniente someterse a un reconocimiento médico y a una prueba de esfuerzo para conocer al detalle cuál es nuestro estado y, evidentemente, si se sufre algún tipo de cardiopatía es de obligado cumplimiento. Queremos hacer ejercicio, pero también que no entrañe ningún riesgo para disfrutar de todos su beneficios.
Álvaro Piqueras es experto en deportes y en el último lustro se ha especializado en fitness, nutrición y otros temas de salud. Trata de mantenerse al día en lo que se refiere a nuevas investigaciones y tendencias de los campos que domina para poder compartir con rigor la rutina de entrenamiento que puede inspirar un cambio en tus hábitos, las propiedades de los alimentos que deberían formar parte de tu dieta o los hallazgos científicos que pueden mejorar el bienestar físico y mental de personas como tú.
Comenzó su trayectoria en medios locales y regionales de la tierra de Don Quijote, concretamente en Albacete. De ahí dio el salto a medios de ámbito nacional tras un enriquecedor paso por una maravillosa agencia de publicidad independiente con nombre de canción de los Beatles (GettingBetter), aunque siempre mantuvo intacta su vocación periodística.
De ahí que persiguiera su sueño de trabajar para alguno de los principales grupos editoriales del país como Prisa, Vocento y ahora también Hearst. Quizá le hayas leído en la versión digital del Diario As, abordando infinidad de temáticas, o en ABC y otras cabeceras y revistas del grupo elaborando reportajes de branded content para grandes marcas, multinacionales e instituciones. Y si no has tenido la ocasión, este es el momento de hacerlo en Men’s Health y Runner’s World.
Como no podía ser de otra forma, confiesa ser un amante de la práctica deportiva y desde muy pequeño ha probado con disciplinas tan dispares como atletismo, fútbol, baloncesto, tenis, ciclismo o natación. Unas veces sintiendo la adrenalina de la competición, y otras simplemente disfrutando de los beneficios de la actividad física. Ahora le ha dado por los ejercicios funcionales y el boxeo porque tiene la certeza de que el saco es incapaz de devolverle los golpes.
Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Alicante, también posee formación específica en gestión y dirección de RRSS, planificación estratégica y diseño gráfico. Últimamente se ha adentrado en el universo de la inteligencia artificial generativa aplicada al periodismo, pero jura y perjura que no la emplea profesionalmente porque, entre otras consideraciones, sigue disfrutando de cada palabra que escribe tras 20 años de experiencia en el sector de la comunicación.