Cuando pensamos en una actividad fácil y accesible para practicar un poco de ejercicio físico y fomentar un estilo de vida saludable, caminar es sin duda una de las opciones más recurrentes. Y si imaginamos formas de elevar el nivel de exigencia y aumentar la intensidad, modalidades como el rucking o la marcha nórdica se encuentran entre las primeras opciones.

    Pero hay vida más allá de los enfoques más tradicionales a la hora de caminar y que nada tienen que ver con la lógica misma del movimiento, que siempre relacionamos con el avance. Pero sucede que existen maneras diferentes de avanzar, aunque ello implique invertir la marcha. Como sucede con el retro-walking, que ni es nuevo ni es una ocurrencia sin ninguna base científica.

    Y es que el origen de la marcha atrás o caminar hacia atrás hay que situarlo en la antigua China, aunque existen informes sobre personas que caminaban cientos y miles de kilómetros de esta forma que datan de principios del siglo XIX.

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    Beneficios inesperados de caminar hacia atrás

    Sin embargo, este método ha suscitado más recientemente la atención de investigadores de todo el mundo como estrategia para mejorar la salud de muchas maneras diferentes. Porque, a diferencia de lo que pudiera parecer, el retro-walking está lleno de sorpresas.

    De hecho, diversos estudios científicos ya han certificado que aumenta la flexibilidad de los isquiotibiales, fortalece los músculos de la espalda responsables de la estabilidad y flexibilidad de la columna vertebral, y es eficaz en la reducción del dolor lumbar. Del mismo modo que

    Pero hay más ya que otros trabajos que la marcha atrás mejora la capacidad funcional de las personas mayores, de quienes sufren artrosis o de los pacientes que han sufrido una apoplejía y tienen problemas para caminar. También se ha comprobado que previene el riesgo cardiovascular en personas obesas y que genera un mayor gasto calórico que caminar hacia delante.

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    Quizá por alguno de estos beneficios los ejercicios de caminar hacia atrás y correr hacia atrás ya se utilizan en algunos deportes, como en los de equipo de equipo y de raqueta, que requieren agilidad para desplazarse rápidamente hacia delante, hacia atrás y lateralmente. No en vano, al reducir la tensión sobre las articulaciones de la rodilla al tiempo que la fortalece, la marcha atrás también es útil para ayudar a proteger a los atletas de las lesiones.

    Pero más allá de los beneficios físicos que se traducen en una mejora de las habilidades funcionales, en un mayor rendimiento deportivo, en la reducción del riesgo de lesión e incluso en un mayor gasto de calorías, que en parte puede estar explicado porque la biomecánica de la marcha hacia atrás es muy distinta de la de la marcha hacia delante, el retro-walking también tiene un impacto en la función cerebral.

    No en vano, la ciencia ha demostrado que el córtex prefrontal, responsable de habilidades cognitivas como la toma de decisiones y la resolución de problemas, está especialmente activo cuando se camina hacia atrás por lo que los tiempos de reacción en las personas que lo practican es más rápido. Como también hay un efecto sobre la memoria.

    El principal escollo

    Eso sí, no es oro todo lo que reduce. El retro-walking es un concepto muy potente y un enfoque de ejercicio físico muy completo si atendemos a las pruebas, pero es posible que no todo el mundo pueda practicarlo con seguridad. Al final, eso de caminar para atrás, además de resultar extravagante, entraña unos riesgo que hacen imposible que se pueda aplicar cuando salimos a dar un paseo.

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    Pero que no sea lo más inteligente sortear obstáculos o el mismo tráfico caminando hacia atrás, no significa que no se pueda hacer. Ya hay cintas específicas que lo permiten y se puede hacer perfectamente en una normal. Del mismo modo que se puede practicar en un gimnasio o en una zona privada como un jardín.

    Además, puede bastar con completar de 10 a 15 minutos para que sea efectivo y si se quiere incrementar el nivel de exigencia se puede aumentar la pendiente en la cinta o utilizar peso para tirar de él.

    Así pues, puede que te parezca una ocurrencia, pero como comentábamos al principio ni es nueva ni está exenta del respaldo de la ciencia. Si tienes la oportunidad de practicar el retro-walking en un entorno seguro quizá sea el momento de retroceder para seguir avanzando.

    Headshot of Álvaro Piqueras

    Álvaro Piqueras es experto en deportes y en el último lustro se ha especializado en fitness, nutrición y otros temas de salud. Trata de mantenerse al día en lo que se refiere a nuevas investigaciones y tendencias de los campos que domina para poder compartir con rigor la rutina de entrenamiento que puede inspirar un cambio en tus hábitos, las propiedades de los alimentos que deberían formar parte de tu dieta o los hallazgos científicos que pueden mejorar el bienestar físico y mental de personas como tú. 

     Comenzó su trayectoria en medios locales y regionales de la tierra de Don Quijote, concretamente en Albacete. De ahí dio el salto a medios de ámbito nacional tras un enriquecedor paso por una maravillosa agencia de publicidad independiente con nombre de canción de los Beatles (GettingBetter), aunque siempre mantuvo intacta su vocación periodística. 

     De ahí que persiguiera su sueño de trabajar para alguno de los principales grupos editoriales del país como Prisa, Vocento y ahora también Hearst. Quizá le hayas leído en la versión digital del Diario As, abordando infinidad de temáticas, o en ABC y otras cabeceras y revistas del grupo elaborando reportajes de branded content para grandes marcas, multinacionales e instituciones. Y si no has tenido la ocasión, este es el momento de hacerlo en Men’s Health y Runner’s World. 

     Como no podía ser de otra forma, confiesa ser un amante de la práctica deportiva y desde muy pequeño ha probado con disciplinas tan dispares como atletismo, fútbol, baloncesto, tenis, ciclismo o natación. Unas veces sintiendo la adrenalina de la competición, y otras simplemente disfrutando de los beneficios de la actividad física. Ahora le ha dado por los ejercicios funcionales y el boxeo porque tiene la certeza de que el saco es incapaz de devolverle los golpes. 

     Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Alicante, también posee formación específica en gestión y dirección de RRSS, planificación estratégica y diseño gráfico. Últimamente se ha adentrado en el universo de la inteligencia artificial generativa aplicada al periodismo, pero jura y perjura que no la emplea profesionalmente porque, entre otras consideraciones, sigue disfrutando de cada palabra que escribe tras 20 años de experiencia en el sector de la comunicación.