El deporte es algo que nos hace felices. No, no hablamos de las victorias de nuestro equipo favorito, que también, sino de librarnos de las garras del sofá, ponernos la ropa técnica, nuestras zapatillas y salir a correr. Sabemos que la recompensa siempre está ahí y que no falla nunca. Al final de un entrenamiento, cuando estiramos en el parque o cuando entramos, por fin, en la ducha. Pero también sabemos que no siempre es fácil, que algunas tardes las piernas pesan, que el ajetreo del día nos inocula el virus de la pereza o que, como tantos y tantos días de esta primavera, el tiempo no es nuestro mejor aliado.
Todos los corredores, da igual si están preparando su primer 5K o el enésimo maratón, saben que el músculo más difícil de entrenar no está en las piernas, sino en la cabeza. Sumar kilómetros, siguiendo unas recomendaciones básicas, no es muy difícil: lo verdaderamente difícil es conseguir una mentalidad que sostenga nuestro esfuerzo, que lo transforme y que lo dirija hacia nuestra meta.
Progresar es ganar
El running es un deporte maravilloso. Eso ya lo sabemos, pero no es (solo) por lo que piensas. Corriendo podemos asistir a competiciones en las que hay miles de ganadores. Es más, ni siquiera hace falta una competición para que haya un ganador. Un día de series duras, un entrenamiento en el que vencemos las ganas de no salir de casa o, por supuesto, una marca personal, son victorias que están al alcance de todos. Siempre tenemos un paso más que dar, una barrera que superar. Lo mejor, lo más satisfactorio, es que no lo hacemos por obligación, sino porque disfrutamos con la satisfacción profunda de seguir avanzando.
Este pensamiento, como hemos visto, no se activa solo en el momento de la carrera. Es una forma de vivir el entrenamiento, la recuperación, la nutrición o, incluso, el descanso. Seguro que muchos de nosotros podríamos tener respuestas muy positivas a estas preguntas después de un día en el que cumplimos todos los preceptos de nuestro entrenamiento: ¿Qué he aprendido hoy? ¿Qué me llevo de este rodaje lento? ¿Qué puedo mejorar mañana? Al final, no se trata solo de correr. Ni siquiera de correr más rápido. El camino al éxito nace de correr con un propósito.
Un aliado en tu camino
Por suerte, no estás solo en este viaje. Además de los miles de corredores con los que te cruzas cada día o los que te acompañan cuando te pones un dorsal, existen comunidades, plataformas y herramientas diseñadas para acompañarte en cada etapa de tu evolución. En esta categoría se encuentra Run to Progress, un espacio pensado por Hyundai para quienes viven el running no solo como deporte, sino como parte de su crecimiento personal.
Run to Progress es el sitio de los corredores, en el que pueden encontrar un blog, planes de entrenamiento, consejos nutricionales y de salud, sorteos de dorsales (incluso cuando ya no quedan oficiales), un calendario de actividades y hasta la oportunidad de vivir una carrera como si fueras parte de la élite. Pero lo más importante es su enfoque: Hyundai quiere ayudarte a mantener viva esa mentalidad de avance continuo, esa pequeña voz que te recuerda por qué corres.
A través del running, la marca coreana pretende también la transformación hacia un entorno más limpio y saludable. Progress for Humanity, la visión de Hyundai, expresa su compromiso con la sociedad y el esfuerzo por poner a las personas en el centro de su esfuerzo a la hora de desarrollar iniciativas ECO y conseguir un planeta más limpio.
Tres claves mentales
Todos queremos avanzar y todos hemos leído, guardado y seguido planes de entrenamiento perfectamente estructurados para conseguir nuestras metas. Algunas veces las hemos logrado. Y otras, nos hemos quedado a medias. No en pocas de esas ocasiones lo que nos ha fallado no tiene nada que ver con nuestras piernas, sino con el cerebro, ese músculo tan duro de entrenar. Si sigues estas tres claves, tal vez encuentres que ese cerebro que se resiste se vuelve un poco más dócil y se olvida por unos meses de boicotearte.
Visualiza el proceso
El momento de cruzar bajo el arco de meta es espectacular y todos lo imaginamos miles de veces preparando una carrera. Pero todo lo que hay entre la salida y la meta (entre el día de hoy y la meta, para ser más exactos) es lo que te va a permitir vivir ese momento mágico. Visualiza los momentos duros de una carrera o de un entrenamiento. Enfréntate a ellos en tu imaginación antes de que sucedan. Piensa en estrategias y trata de adivinar cuáles serán las sensaciones en esa cuesta a mitad del recorrido o cuando las piernas se quejen después de algunas series. Anticipa una respuesta. Verás que será mucho más fácil ponerla en práctica cuando llegue el momento.
Dale las gracias a tu voz interior... y olvídala
Todos tenemos una voz que nos acompaña. En los días buenos aparece con menos frecuencia o nos recuerda lo bien que lo estamos haciendo. Pero en los malos se empeña en hundirnos, en convencernos de que no podemos más. Esa voz, en realidad, no es más que un truco de nuestro cerebro, que quiere alejarnos del peligro y de las malas sensaciones. Si aparece el conocido “no puedo más”, agradécele a tu cerebro con firmeza que te avise de que estás cansado, pero déjale claro que vas a seguir hasta terminar. Si te susurra “que mal entrenamiento estás haciendo”, contéstale sin dudar que ese entreno tan duro, en absoluto malo, te está fortaleciendo.
No te cortes, felicítate cada día
No esperes al último día, al tiempo en el crono, para felicitarte. Hazlo cada día, tras cada entrenamiento superado, después de una carrera con frío, cuando pensabas que no ibas a entrenar y has juntado la voluntad necesaria para seguir cumpliendo tu plan. También cuando has tomado una opción más sana en la comida. Ese “bien hecho” que te dices cuando ya estás de camino a casa es una medalla más que colgar en tu pared. El logro que certifica, un día más, que le das valor tu bienestar y quieres seguir progresando.
La próxima vez que mires a tus zapatillas y la pereza te tiente, recuerda que tu gran victoria del día es dar el primer paso para salir por tu puerta. Y la fuerza para conseguirlo está solo en tu mente. Con cada zancada, cada pensamiento positivo y cada pequeño logro, estarás alimentando esa corriente de progreso constante que te impulsa. Y si buscas apoyo, Hyundai te brinda en Run to Progress las herramientas para hacer de cada carrera (y de cada entrenamiento) una nueva victoria.
Juan Pelegrín es fotógrafo y redactor desde hace más de veinticinco años y, por necesidad y pasión, experto en la tecnología que lleva optimizando su trabajo desde que abandonó los carretes. O un poco antes. En los lejanos años 80 algunas de las primeras unidades que llegaron a España de los legendarios ZX-81 y ZX-Spectrum cayeron en sus manos.
Juan ha escrito o fotografiado, a veces también las dos cosas a la vez, deportes, viajes, información general, cultura y sociedad. Suele contar entre sus días más felices los años en los que ejerció como crítico de ópera, para al día siguiente sentarse a pie de pista a fotografiar un partido de baloncesto o coger un vuelo a cualquier aeropuerto del mundo. “En África siempre mejor”, asegura.
La tecnología le hace ahorrar tiempo, optimizar su flujo de trabajo y enviar sus fotos y textos los más rápidamente posible (y con la mejor calidad) desde la localización en la que trabaje.
También, por supuesto, conectarse con el mundo, aprender sobre cualquier tema o, por qué no, echar un rato en la consola con su hijo (o en solitario, que enfrentarse a los zombies, suele decir, relaja bastante).
Juan estudió Ingeniería Informática en la UPM, pero enseguida el periodismo se metió en sus venas. Con el paso de los años cursó Filología Hispánica en la UCM. En 2021 empezó a colaborar con diferentes cabeceras de Hearst. Juan ha editado varios libros de fotografía y lleva publicando en diferentes medios españoles y extranjeros más de dos décadas