Antes fue una carrera de fondo por tener zapatillas de competición con placa de carbono y espumas súper reactivas. Eso ya es historia. Con esas tecnologías asentadas, las marcas buscan ahora un nuevo terreno donde marcar la diferencia: el peso. Zapatillas que pesan igual o menos que una pluma. Porque cuando quieres batir récords del mundo, cada gramo cuenta. En menos de dos años, hemos visto modelos de competición que rozan los 130 gramos y superan los 500 euros. ¿Por qué este interés repentino en adelgazar al máximo una zapatilla pensada para el día de la carrera?

Récords, gramos y ambición

En septiembre de 2023, Adidas presentó la zapatilla más ligera que había creado hasta el momento: la Adizero Adios Pro Evo 1. 138 gramos en una talla 42, pares limitados y un precio de 500 euros. Con ellas, Tigist Assefa batió el récord del mundo en el maratón de Berlín ese mismo mes. En abril de 2024, durante los Road to Récords que la marca celebra en su sude de Herzo, la marca lanzó su segunda versión, que se mantiene intacta en ligereza.

Casi dos años después, concretamente el 2 de mayo de 2025, Asics ha sorprendido a todo el mundo con las Metaspeed Ray, una zapatilla que pesa aún menos: 129 gramos también en una talla 42 y con un precio de 300 euros, muy por debajo de las de Adidas. La guerra por conseguir la zapatilla más ligera no ha hecho más que comenzar. Por lo que estamos seguros de que otras grandes marcas ya están trabajando en ello.

Otro ejemplo lo encontramos en On. La marca suiza también persigue ese objetivo de crear la zapatilla de competición más ligera, y lo demuestra con las Cloudboom Strike, que marcan solo 183 gramos en la báscula. Aunque pueda parecer algo más pesada frente a las dos anteriores, estamos convencidos de que poco a poco lograrán rebajar su peso. Solo hay que fijarse en las tecnologías que han utilizado: el upper parece papel, creado a partir de un único hilo mediante un robot que lo teje en cuestión de segundos, y la mediasuela es ultra reactiva y ligera.

Pero, ¿cómo logran las marcas deportivas crear estas súper zapatillas que, además de ser ligeras, son funcionales y capaces de conquistar tantos podios?

Cómo se logra una zapatilla de competición ultraligera

Quitar peso a una zapatilla no consiste simplemente en usar menos material. Implica rediseñar por completo su estructura, optimizar cada componente y aceptar ciertos compromisos. Las marcas que han conseguido zapatillas de competición ultraligeros han seguido una serie de principios comunes:

  • Espumas más ligeras pero igual de reactivas. Tecnologías como Lightstrike Pro de Adidas o FF Leap de Asics permiten mantener la respuesta energética manteniendo la densidad del material por debajo de los 40 mm.
  • Uppers minimalistas. Se eliminan refuerzos, se utilizan tejidos ultrafinos en una sola capa, un ligero acolchado en la zona del collar y una lengüeta muy minimalista. Todo está pensado para sujetar lo justo sin añadir peso. O hechos a partir de un solo hilo como la tecnología LightSpray de On que crea un upper súper fino hecho por un robot en cuestión de minutos.
  • Placa optimizada. En lugar de una placa completa, algunas marcas emplean estructuras en forma de varillas (como hace Adidas) o formas anatómicas que permiten rigidez focalizada con menos material, como Asics en la Metaspeed Ray.
  • Suela reducida al mínimo. Solo se coloca goma de tracción en los puntos donde el pie realmente impacta y despega. Se ahorra goma y se gana en ligereza, aunque se comprometa algo de durabilidad.

Este enfoque extremo tiene consecuencias. En zapatillas como la Adizero Adios Pro Evo 1, Adidas priorizó tanto el rendimiento que asumió la escasa vida útil del modelo: ya que dijeron que estaba pensada solo para el día de la carrera, y en muchos casos, para una sola maratón. “Hubo quizá un malentendido sobre que está pensada únicamente para el día de la carrera. Para su segunda versión hemos sido más rigurosos y estamos realmente satisfechos. Las Pro Evo 2 han estado en Kenia, en los pies de nuestros atletas profesionales, y aguantaron lo que necesitaban aguantar, aunque es difícil dar una cifra exacta en kilómetros", nos explica Sam Truax, Global Product Manager de Adizero en Adidas.

"Eso sí, vamos a seguir con la estrategia actual: construir los modelos más ligeros y rápidos posibles. Eso se logra a través de la selección de materiales y el proceso de creación de la zapatilla, pero también colaborando con los atletas adecuados y validando externamente el producto. No solo hacemos pruebas internas, también buscamos validación externa para asegurarnos de que estamos tomando las decisiones correctas al diseñar productos rápidos y eficaces", concluye Truax.

Estas palabras reflejan cómo el proceso de diseño se ha profesionalizado al máximo, combinando laboratorio, pista y datos. Cada decisión tiene una intención: quitar lo que no suma… y dejar solo lo que hace volar.

Pero ¿por qué ahora las marcas apuestan por crear zapatillas de competición muy ligeras?

La obsesión por aligerar las zapatillas de competición no es una moda pasajera, sino una consecuencia directa del momento actual del desarrollo tecnológico. Podemos decir que tres razones clave que explican por qué ahora el foco está en la báscula:

El reglamento impone límites

Las normas de World Athletics impiden seguir 'engordando' las zapatillas de competición: no pueden superar los 40 mm de altura bajo el talón y solo se permite una placa rígida. Con ese marco, ya no se puede seguir aumentando el retorno de energía con más espuma o más placas. Por lo que el peso se convierte en el nuevo territorio de innovación para las marcas.

Récords, titulares y visibilidad

Una zapatilla más ligera puede ofrecer una ventaja teórica en eficiencia, pero también representa un golpe de efecto mediático. Decir que tienes “la zapatilla más ligera del mundo” genera portadas, conversación en redes y posiciona a la marca como líder en alto rendimiento.

Símbolo de estatus tecnológico

Aunque estos modelos extremos no sean los más vendidos, sí funcionan como escaparate de lo que una marca es capaz de hacer. Son su Fórmula 1: un producto aspiracional, carísimo, exclusivo… pero que impulsa las ventas de modelos más accesibles por asociación directa con la innovación y el rendimiento.

Ahora que ya sabemos, más o menos, por qué la ligereza se ha convertido en la nueva frontera del diseño de zapatillas de competición. Con la altura y las placas ya reguladas, el margen de mejora está en optimizar cada milímetro, cada densidad, cada patrón de tracción. Pero en este punto de desarrollo tan afinado, el reto ya no es solo crear zapatillas más ligeras, sino lograr que lo sean sin comprometer eficiencia, estabilidad o durabilidad. Porque reducir peso es fácil. Lo difícil es hacerlo sin que el corredor lo note… salvo en la línea de meta. ¿Hasta dónde estarán las marcas dispuestas a sacrificar para ganar?

Headshot of Carlos Jiménez

Carlos es experto en calzado y demás equipamiento deportivo. Se pasa la vida corriendo y probar zapatillas se ha convertido en parte de su trabajo desde que llegó a Runner’s World en verano de 2019. No tiene ni idea de cuántos pares ha podido llegar a probar en un mismo año. Ah, y calza un 7,5 US (o un 40,5 en Europa). Sirve igual para un roto que para un descosido. Lo mismo testa y prueba las últimas zapatillas para correr del mercado que el reloj deportivo de moda para runners, pasando por cortavientos, riñoneras o unos auriculares para tus carreras… También te puede ayudar a encontrar una cinta para correr, una bicicleta estática o una elíptica. 

También tiene la capacidad de crearte necesidades. Es especialista en encontrar las mejores ofertas de Nike, Adidas, Asics y el resto de las marcas deportivas más (y menos) populares. Pero también le gusta trastear en las redes sociales para estar al tanto de los prototipos de zapatillas o ser espectador de las maratones para saber cuál es el modelo que llevan los atletas de élite y contarlo en Runner’s World. O entrevistar a los que más saben de este mundo tan loco de las zapatillas de running. Vamos, un friki de las zapatillas en toda regla (y con orgullo, porque no decirlo). Aunque también le gusta pasarse parte de su tiempo viajando, por eso un par de zapatillas de running nunca faltan en su maleta para descubrir nuevos lugares a golpe de zancada, además de que se pasa corriendo carreras de 10k y medias maratones por España y parte del mundo. ¿Su próximo objetivo? Correr un maratón por primera vez. 

Carlos Jiménez se graduó en Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid allá por 2018 y desde entonces se ha especializado en medios de comunicación digitales, trabajando en revistas de estilo de vida y webs de actualidad. Desde la redacción de Fuera de Serie (Unidad Editorial) cubriendo temas de moda y belleza y lujo, hasta en la web de Mediaset mientras visionaba ‘El programa de Ana Rosa’. Con más de 5 años de experiencia, lleva desde 2019 relacionado con Runner’s World, pero también con Men’s Health y Women’s Health donde también se explaya sobre equipación deportiva.